Los Ángeles.— Los incendios forestales no le dan tregua a California, una entidad que sufre de una sequía extraordinaria y niveles históricos de escasez de agua.

El Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California (CAL FIRE) apenas cantaba victoria por la contención del incendio en Santa Clarita, que arrasó 157 kilómetros cuadrados, dejó una persona muerta y 18 viviendas destruidas, cuando otro comenzó a avanzar sin control por las montañas de San Bernardino, al este de Los Ángeles, cerca de la autopista interestatal que conecta con Las Vegas.

Bautizado como Blue Cut Fire, el siniestro ha calcinado 120 kilómetros cuadrados y forzado la reubicación de más de unos 82 mil residentes, al tiempo que el gobernador de California, Jerry Brown, ha declarado el estado de emergencia.

El Sistema de Información sobre Siniestros, una base de datos alimentada por las diversas instancias estatales encargadas de combatir desastres naturales o causados por el hombre, contabiliza 21 incendios activos en el estado más poblado de Estados Unidos, 8 de ellos de gran magnitud.

Hasta el 13 de agosto, CAL FIRE había respondido a 3 mil 874 incendios forestales que quemaron 457 km cuadrados de bosque. Durante el mismo periodo del año previo, intervino en 3 mil 640 casos con un impacto de 585 km cuadrados destruidos. La media de los cinco años previos había sido de 3 mil 224 incendios y los daños ascendieron a 350 kilómetros respectivamente.

El Centro Nacional de Emergencia contra Incendios prevé que la actividad incendiaria continúe hasta finales de año debido a la escasez de agua, las condiciones cálidas, la presencia de vegetación extremadamente seca y una sequía excepcional, que suma su quinto año consecutivo.

“California continuará presenciando un elevado potencial debido al largo periodo de sequía”, indica en su reporte de agosto. “Para octubre y noviembre, California seguirá registrando un riesgo potencial elevado de incendios, así como la persistente amenaza por fuertes vientos marinos”.

Los incendios no sólo tienen un elevado impacto en la naturaleza, también en las arcas de gobierno. Tan sólo controlar el incendio Sand, que golpeó Santa Clarita, tuvo un costo estimado de 28 millones de dólares.

Los daños económicos son también elevados. Dos incendios registrados el año pasado al norte de California, en Lake County y Amador-Calaveras, dejaron a su paso daños por mil millones de dólares, por la destrucción, entre otros, de 2 mil 800 estructuras, incluyendo mil 300 hogares. El incendio que estremece al condado de San Bernardino, además de la evacuación de miles de residentes de 35 mil hogares, ha causado el cierre de carreteras y suspensión de la circulación del ferrocarril por la zona.

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