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Madrid.— España parece regresar a una situación de bloqueo político a la que se le comenzaba a intuir un final. El presidente en funciones, Mariano Rajoy, evitó aclarar si acepta o no las seis condiciones que el partido Ciudadanos le exige para apoyarlo en la investidura presidencial.
Ciudadanos planteó la semana pasada a Rajoy una lista de medidas para atajar la corrupción que los tribunales han demostrado que lastra al Partido Popular (PP), ganador de las elecciones de junio pero sin mayoría suficiente para gobernar.
Ciudadanos ha repetido que estas condiciones no son negociables. Incluyen crear comisiones de investigación y apartar de su cargo a los políticos investigados por la justicia.
Rajoy hizo saber a Albert Rivera —presidente del partido— que debía consultarlo con la ejecutiva del PP. La decisión generó polémica porque dentro de los 90 miembros de la ejecutiva hay cerca de una decena con problemas con la justicia, y el propio PP, como colectivo, es investigado por destrucción de pruebas en un caso de financiación ilegal.
Finalmente, la ejecutiva se reunió ayer, con la ausencia de todos los cargos que tienen cuentas pendientes con los tribunales: desde ex alcaldes a antiguos ministros. Al término de la reunión Rajoy declaró que su partido le autorizaba para seguir negociando, pero aseguró que no se había hablado de las condiciones de Ciudadanos.
“Mientras no se pida nada que perjudique los intereses de los españoles o lesione la Constitución, podemos aceptar muchas cosas. O no”, dijo. Con esta maniobra, el presidente evita aceptar en público que su partido sea tratado como una “cueva de ladrones” y traslada de nuevo al resto de partidos la responsabilidad de asumir su presidencia como única alternativa a unas terceras elecciones.
Otra de las exigencias de Ciudadanos es que Rajoy ponga fecha para presentarse a la votación parlamentaria para ser elegido presidente, lo que tampoco hizo Rajoy, quien insistió en que, sumando los diputados de Ciudadanos (32) a los del PP (137) necesita al PSOE para llegar a la mayoría (176). Sin embargo, Pedro Sánchez, líder socialista, volvió a negar el apoyo.