Filadelfia.— “El sueño americano es algo que ningún muro puede contener”. Y Hillary Clinton lo sabe, igual que sabe cómo encabezar un país que está lejos de ser tan sombrío como los republicanos insisten en hacer creer.

Una tras otra, el presidente estadounidense Barack Obama fue ennumerando las razones clave por las que cree que Hillary es no sólo la mujer, sino la persona más preparada para sustituirlo cuando él abandone el cargo, en enero de 2017.

“La única candidata que cree en el futuro”; la única opción para “rechazar el cinismo y el miedo” que llegan desde el lado republicano. La persona que “ha estado allí”, y que sabe mejor que nadie “lo que te demanda el Despacho Oval”. La única opción para “defender” los derechos de todos los trabajadores, que sabe que “juntos”, no solos, “podemos”. Cada una de esas frases, lanzadas por Obama durante el tercer día de la Convención Demócrata desataron la ovación de los presentes, cuyos gritos llegaron al clímax cuando, sorpresivamente, apareció Hillary y se fundió, sin decir una palabra, en un abrazo con quien en 2008 fue su acérrimo rival y hoy, con su popularidad, se ha convertido en un aliado clave.

Obama habló de una Hillary humana, capaz de ver las necesidades de los demás, y que “nunca abandona” ni se rinde, como él mismo comprobó en aquella dura campaña que terminó por unirlos y revelarle a él la importancia de tenerla a su lado.

Y en momentos en que el candidato republicano Donald Trump defiende la necesidad de construir un “gran muro” en la frontera, y de limitar el flujo de migrantes, en un país construido por migrantes, Obama fue tajante: “Hillary sabe que podemos insistir en un sistema migratorio legal y ordenado, mientras vemos a estudiantes esforzados y a sus padres como familias amorosas, no como criminales o violadores; familias que llegaron aquí por la misma razón que nuestros antepasados, para trabajar, estudiar y lograr una vida mejor, en un lugar donde podemos hablar y rezar y amar como nos plazca”.

En esa frase, Obama resumió la estrategia del miedo a la que apela Trump, y cuando los asistentes a la convención comenzaron a abuchear al republicano, el mandatario les pidió una sola cosa: salir a “votar” por Clinton, incluyendo a los simpatizantes del ex rival de ella, Bernie Sanders, a quien elogió.

El discurso de ayer, uno que reescribió seis veces y que repasó hasta las tres de la mañana, según dijo, marcó el inicio del adiós para Obama, una de las últimas veces que se dirige a una audiencia masiva con un discurso tan político, el cierre de un ciclo que empezó en 2004 cuando siendo un joven desconocido apareció en la convención que nominó a John Kerry y pronunció un discurso que le catapultó a la escena nacional y, de ahí, directo al estrellato entre los demócratas. Cuatro años después haría historia convirtiéndose en el primer presidente afroestadounidense de la historia de EU.

Pidiendo a los estadounidenses hacer por Hillary lo que hicieron por él, Obama puso fin a otra maratónica jornada en la que Tim Kaine, a quien el mandatario describió como un hombre trabajador y dedicado, aceptó formalmente la candidatura vicepresidencial demócrata con un discurso en el que reiteró, en español, sus valores vitales de “fe, familia y trabajo”, los mismos “que la comunidad latina” y que aprendió durante su etapa de misionero en Honduras. “Todos somos americanos”, remarcó.

El blanco de los ataques de la noche fue Trump, después de una polémica declaración en la que pidió a Rusia encontrar los correos electrónicos perdidos de Hillary. Kaine dijo del republicano que nunca “dice qué quiere hacer” y sólo pide que se confíe en él.

Obama dijo que conoce a muchos empresarios, pero ninguno que haya dejado tras de sí “tantas demandas, tanta gente que se siente defraudada”.

El vicepresidente Joe Biden afirmó que mientras Hillary “cambiará las vidas” de las hijas y nietas de los ciudadanos de EU, Trump “no tiene idea de nada, y punto. Dice que se preocupa por la clase media. Es un puñado de mentiras”.

El ex director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y ex secretario de Defensa, Leon Panetta, consideró que “el único candidato a presidente que tiene la experiencia, el temperamento y el juicio para ser comandante en jefe es Hillary Clinton”. Y advirtió: “No hay tiempo para jugar con nuestro futuro”. Sobre la petición que hizo Trump a Rusia, dijo: “Es inconcebible que cualquier candidato presidencial pueda ser tan irresponsable. No puede ser nuestro comandante en jefe”.

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