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Madrid.— El rey de España comenzó ayer tres días de encuentros con los partidos políticos para estudiar su disposición a formar un gobierno. Mañana se determinará si están maduras las opciones de Mariano Rajoy para ser elegido presidente o si continúa la “partida de póquer”, como definió estas eternas negociaciones el líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón.
Felipe VI comenzó la ronda de contactos con los líderes de pequeñas formaciones regionales y con Garzón. Es la cuarta vez en siete meses que se repite este ritual ante la imposibilidad de alcanzar un presidente tras dos elecciones. Mañana se cierra el proceso con los líderes de los grandes partidos: Albert Rivera (Ciudadanos), Pablo Iglesias (Podemos), Pedro Sánchez (PSOE) y Mariano Rajoy (PP).
Ayer se cumplió un mes de los comicios en los que ganó el PP con 137 diputados. Sin embargo, el partido de Rajoy, quien es presidente del gobierno en funciones, no ha convencido a ninguna formación para lograr los 176 apoyos que necesita para ganar la votación de investidura. Rafael Hernando, uno de los portavoces del partido, repitió el lunes que su formación querría que el Congreso votase a Rajoy como presidente en la primera semana de agosto, pero que “no tiene sentido acudir a una investidura sin los apoyos necesarios”.
El PP acusa a Ciudadanos (32 diputados) y PSOE (85) de bloquear la situación al no prestarle sus apoyos. Los conservadores esperan que Felipe VI convenza a alguno de los dos partidos de que apoyen a Rajoy por razones de Estado. Las dos formaciones creen que el PP debería hacer cesiones y no amenazar con que convocarán a terceras elecciones en noviembre.
Los partidos enfrentados al PP tampoco se ponen de acuerdo para presentar un candidato alternativo a la presidencia. Alberto Garzón pidió ayer al PSOE que impulse un gobierno de izquierdas junto a su formación y Podemos, y abandone “la partida de póquer” que considera que juega con Ciudadanos y PP para hacer presidente a Rajoy sin asumir el “coste de imagen” que implicaría. Una de las diputadas que ayer se entrevistó con el rey fue Ana Oramas, la única representante del partido Coalición Canaria. Oramas, que hasta ahora había demostrado su disposición a apoyar al PP, se quejó de la poca flexibilidad de Rajoy para lograr el respaldo de otras formaciones.
Pedro Quevedo, de Nueva Canarias, descartó que el Felipe VI vaya a forzar un desbloqueo de la situación nominando a Rajoy o a Pedro Sánchez para ser votado por el Congreso contra su voluntad. Quevedo, aliado del PSOE, lamentó la parálisis en la que los políticos mantienen al país, pero dijo no poder apoyar al PP tras una legislatura con “muchos casos de corrupción”.