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Estambul.— El gobierno de Estados Unidos dijo estar evaluando los cuatro informes enviados por Turquía sobre el predicador Fetullah Gülen, quien reside en ese país y es acusado por Ankara de instigar el golpe de Estado del viernes pasado, aunque se negó a confirmar si recibió o no una orden de extradición formal.
“No puedo confirmar si fue realizada una solicitud formal, pero las autoridades turcas enviaron documentos electrónicos que Estados Unidos está evaluando”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest. Más temprano, el ministro de Justicia turco Bekir Bozdag había asegurado que el gobierno de Recep Tayyip Erdogan pidió el arresto del clérigo, a cuyos seguidores responsabiliza del frustrado golpe de Estado del viernes. Earnest dijo que “Estados Unidos no apoya a individuos que conspiran para derrocar a gobiernos elegidos democráticamente”, pero subrayó que “hay un debido proceso al que aquellas personas que viven en Estados Unidos tienen derecho".
El primer ministro turco, Binali Yildirim, se cuestionó por qué Washington está pidiendo tantas pruebas sobre Gülen. “¿Pidieron tantas pruebas cuando reclamaron a los terroristas después de que las Torres Gemelas fuesen derribadas el 11 de septiembre? ¿Había pruebas cuando reunieron a los sospechosos de Guantánamo?”, dijo en Ankara.
En tanto, la agencia de noticias Anadolu informó de la detención del coronel Muharrem Kose, uno de los supuestos cabecillas del golpe fallido.
El gobierno turco se comprometió a eliminar de raíz a los aliados de Gülen, ampliando una purga de su ejército, la policía y la justicia a universidades y colegios, la agencia de inteligencia y autoridades religiosas.
Alrededor de 50 mil soldados, policías, jueces, funcionarios públicos y profesores han sido suspendidos o detenidos desde la intentona golpista, aumentando la tensión en este país fronterizo con Siria y aliado de Occidente contra Estado Islámico. “Esta organización terrorista paralela no volverá a ser un peón efectivo para ningún país”, afirmó Yildirim.
Aliados occidentales de Turquía expresaron su solidaridad con el gobierno tras la intentona golpista, pero pidieron a Erdogan adherirse a los valores democráticos. El alto comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Zeid Ra’ad al-Hussein, se refirió a la “grave alarma” generada por la suspensión masiva de jueces y fiscales e instó a Turquía a permitir que observadores independientes visiten a los arrestados.