Cleveland.— En el Ohio City Masonic Arts Center, un centro social ubicado a un par de kilómetros del centro de Cleveland, una decena de jóvenes construyen un muro de más de 300 metros de largo y 1.5 metros de alto, fabricado con tela, pintura, ira, rabia y ganas de protesta.

El conservador Donald Trump prometió que va a construir un muro y hoy lo tendrá. No será en la frontera sur de Estados Unidos, en el borde con México, sino en las calles de la ciudad que acoge la convención del Partido Republicano. Y el objetivo será muy diferente al que busca el magnate: servirá para protestar contra el discurso racista y de odio del flamante nominado republicano.

Ernesto, un joven de padres mexicanos, suda mientras sube una escalera para tender el último trozo de tela que falta por secar. Terminaron de pintar ladrillos por la mañana y espera que la pintura se seque para el gran evento de hoy.

Ernesto lleva cinco días preparándolo todo, y cuenta que más de 25 personas ayudaron a fabricar patrones, pintar ladrillos y rejas con pintura roja y negra, e idear las frases que dominarán las marchas de hoy. En las pancartas está escrito “NO MÁS TRUMP” y “Stop Hate” (Paren el odio). En el suelo quedan las marcas de pintura y restos de comida; en el aire suena música en español.

“Será el mejor muro jamás visto”, aseguran los organizadores, parafraseando al magnate. Esta valla fue pagada por donadores anónimos: la mayoría hispanos. En total, más de 16 mil dólares para el material.

Al mando de la operación que suma a un gran número de organizaciones sociales está Mijente, un grupo de defensa de los derechos políticos de latinos y chicanos. La mayoría de los que ultiman detalles son de origen hispano, cansados de la retórica antiinmigrante del magnate y que han llegado a Cleveland desde todo el país para protestar. Les apoyan grupos locales que les ayudarán con la logística, para que la protesta pacífica sea un éxito.

Se espera que centenares de personas ayuden al despliegue del “muro”. Incluso, una treintena de personas se vestirán con un “poncho-muro” para alargar un poco más la longitud de la barrera.

No llegará a “encerrar a Trump y su retórica xenófoba” en el estadio donde se celebra la convención como es su objetivo, pero la metáfora y la protesta serán explícitas. No están solos: desde México han llegado mensajes de apoyo y solidaridad.

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