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El magnate Donald Trump aseguró ayer la candidatura presidencial republicana, tras una campaña marcada por sus incendiarios comentarios y su victoria sobre pesos pesados del partido.
La cifra mágica de mil 237 delegados, umbral necesario para ser proclamado candidato y esquivar la posibilidad de una convención disputada en Cleveland en julio, como buscaba una parte del aparato del partido conservador, es consecuencia de los mil 150 delegados comprometidos por su aplastante triunfo en las primarias, a los que se añaden 88 de los no comprometidos.
“Es un honor”, dijo Trump ayer, tras enterarse de la noticia, en Bismarck, Dakota del Norte, donde se encontraba para participar en un mitin. Queda atrás el 16 de junio de 2015, cuando anunció su intención de competir por la nominación republicana, ante el escepticismo de casi todos los analistas. Sus incendiarias propuestas, que en otras circunstancias habrían provocado su hundimiento inmediato, han servido paradójicamente de impulso para su inesperado triunfo.
Algunas de sus promesas, como construir un muro en la frontera con México para evitar la entrada a inmigrantes o la prohibición de acceso de musulmanes a EU, son temas recurrentes en una campaña enmarcada bajo el lema “Volvamos a hacer grande a EU”.
Quedan 303 delegados en juego que se dilucidarán en su gran mayoría el próximo 7 de junio en las primarias de California, Montana, Nueva Jersey, Nuevo México y Dakota del Sur. Su designación como abanderado presidencial republicano no será oficial hasta su elección en la convención de su partido, que tendrá lugar en julio, en Cleveland.
“Creo que de lo que estoy más orgulloso, no es sólo del hecho de ser yo quien está observando a Hillary [Clinton luchar por la nominación demócrata] y no lo opuesto, sino que muchos decían que iríamos a una convención abierta y ahora estamos aquí, viendo a Hillary luchando y no puede lograr algo que es fácil”, dijo Trump, quien se quedó solo en la contienda tras el retiro, este mes, del senador por Texas Ted Cruz y el gobernador por Ohio, John Kasich.
El magnate recibió con agrado la propuesta del aspirante presidencial demócrata Bernie Sanders para enfrentarse en un debate, pero puso un precio para participar: al menos 10 millones de dólares que tendría que pagar una televisora y que se destinarían a obras de caridad. Representantes de Fox News y ABC News informaron que las cadenas están “interesadas” en ser anfitrionas de tal presentación. Sanders respondió por Twitter: “Hagámoslo en el estadio más grande posible”.
Trump adelantó que de ganar las presidenciales de noviembre, en los primeros 100 días de su administración deshará “acciones ejecutivas [del gobierno de Barack Obama], en particular las que tienen que ver con la frontera, por donde gente que se supone no debe estar aquí, está inundado nuestro país”.
Desde Japón, donde participa en la cumbre del G7, Obama dijo que Trump tiene “inquietos a los líderes mundiales” por su “arrogancia” e “ignorancia” en temas globales. Trump respondió: “Muchos países han estado abusando de nosotros. Si están inquietos de una manera amigable, eso es una buena cosa, no mala”.