Las derrotas que el republicano Donald Trump y la demócrata Hillary Clinton, líderes de la carrera por la candidatura presidencial, encajaron en los comicios primarios de Wisconsin dejaron hoy un escenario electoral más complicado en Estados Unidos.

Los observadores políticos coinciden en que los tropiezos de Trump y Clinton este martes en Wisconsin enredan el camino hacia la nominación del Partido Republicano y el Partido Demócrata para aspirar a la Casa Blanca en las elecciones de noviembre próximo.

El polémico magnate inmobiliario quedó segundo ante su principal rival en la batalla republicana, el senador por Texas Ted Cruz, quien se adjudicó la gran mayoría de los 42 delegados en liza, mientras que el gobernador de Ohio, John Kasich, acabó tercero.

La ex secretaria de Estado también perdió frente a su único adversario, el senador socialdemócrata Bernie Sanders, que se llevó la mayor parte de los 96 delegados en juego.

El recuento de los delegados en la temporada de elecciones primarias en EU es un asunto de capital importancia, pues ellos designarán al candidato a la Presidencia en las convenciones nacionales que republicanos y demócratas celebrarán en julio.

Trump acumula 743 delegados, por delante de Cruz (517) y Kasich (143), si bien necesita alcanzar la cifra de mil 237 para asegurarse la candidatura.

En la competición demócrata, Clinton tiene mil 748 delegados y Sanders lleva mil 058, incluidos los "superdelegados" (cargos orgánicos o electos del partido que eligen a su candidato al margen de la decisión de los votantes), aunque el umbral para conseguir la nominación a la Casa Blanca se sitúa en 2 mil 383.

En ese contexto, el multimillonario neoyorquino, que domina la campaña republicana con un discurso xenófobo y proteccionista, perdió el martes una magnífica oportunidad para recabar delegados a fin de evitar una convención nacional disputada.

De darse ese escenario, los republicanos acudirían a un foro en el que nadie contaría con una mayoría de delegados y estos tendrían libertad para votar por un candidato, un objetivo que ansía el aparato del partido, que rechaza de plano a Trump.

La votación de Wisconsin evidencia que Cruz es el único contrincante de la campaña que podría desafiar en ese escenario al magnate, que necesitaría ganar el sesenta por ciento de los delegados aún pendientes para espantar ese fantasma.

Tras vencer este martes, Cruz, un senador ultraconservador enemistado con el "establishment" republicano pero que ahora se ha convertido en su esperanza para frenar a Trump, se presentó como la "opción real" para obtener la nominación y aseguró que las elecciones primarias de Wisconsin marcan un "punto de inflexión".

Lejos de felicitarle por la victoria, la campaña del magnate acusó a Cruz, de origen cubano, de ser "un caballo de Troya usado por los jefes del partido que intentan robarle la nominación al señor Trump".

Lo llamativo de Wisconsin es que el empresario partía hace poco como favorito en esos comicios, hasta que una serie de desaciertos recientes, como unos polémicos comentarios sobre el aborto o sus ataques a la esposa de Cruz, parecen haber calado en el electorado.

De hecho, el 37 por ciento de los votantes republicanos de ese estado se declararon este martes "asustados" ante la perspectiva de que Trump pueda ocupar la Presidencia, según un sondeo a pie de urna hecho por la cadena CBS News.

"Por primera vez en esta campaña, parece vulnerable", afirmó hoy el diario especializado "The Hill" sobre Trump, cuyas controversias e insultos no habían minado, hasta la fecha, su popularidad.

Entre los demócratas, Sanders se apuntó el martes su séptimo triunfo en las últimas ocho votaciones, un éxito extraordinario si se toma en cuenta que, cuando se postuló a presidente en 2015, nadie pensaba que pudiera ganar en un solo estado.

En su discurso de celebración, el veterano senador por Vermont aseguró que su campaña atraviesa por un "momento de gran impulso", y recordó que empezó la carrera electoral con "sesenta y setenta puntos por detrás de Clinton" en los sondeos de intención de voto.

Salvo que se produzca un terremoto político, nada deja entrever que Sanders, que acusa a Clinton de contar con el apoyo de Wall Street, pueda recortar la ventaja que la ex primera dama disfruta en el cómputo de delegados.

"Tengo más delegados que él", afirmó hoy la ex secretaria de Estado, en una entrevista con la cadena CNN en la que respondió con un rotundo "sí" al ser preguntada si cree que logrará la nominación presidencial antes de la convención nacional demócrata de julio.

Pese a liderar la pugna demócrata, Clinton no cautiva a los votantes jóvenes, un sector muy volcado con la "revolución política" que promete Sanders y que, según los expertos, podría tornarse en su "talón de Aquiles" en los comicios presidenciales de noviembre.

La próxima gran cita de ambos partidos con las urnas serán las elecciones primarias del 19 de abril en Nueva York, donde Trump y Clinton parten como favoritos y donde tienen muy poco margen para el error si quieren recuperar la iniciativa en la campaña electoral.

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