Más Información
Felipe Calderón y Margarita Zavala festejan Navidad con sus hijos; “les mandamos nuestros mejores deseos”, expresan
Adriana Malvido invita a unirse al nuevo movimiento ambiental ABC/MX; convoca a la juventud para enfrentar la crisis climática
José Ramón López Beltrán y su familia agradecen apoyo con foto navideña; “nos sentimos muy afortunados”, dicen
Claudia Sheinbaum y Jesús Tarriba envían mensaje a mexicanos; “gracias por lo que hacen por sus familias y por México”
Decomisan arsenal, granadas y equipo táctico en Pantelhó, Chiapas; catean rancho tras enfrentamiento
El Acuerdo Trasatlántico de Comercio e Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés) entre Estados Unidos y la Unión Europea (UE) ambiciona crear un gigantesco bloque comercial que abarcará casi la mitad del PIB mundial.
En un estudio elaborado a solicitud de la Comisión Europea, el Centre for Economic Policy Research de Londres prevé que, en el marco de un acuerdo exhaustivo, el PIB de la UE crecerá 0.5%, y generará un ahorro por familia de 545 euros al año. Además pronostica beneficios para la economía comunitaria por 120 mil millones de euros al año y por 95 mil millones para la estadounidense.
El centro de estudios también estima que la liberación del comercio añada 100 mil millones de euros al PIB de sus socios comerciales en terceros países, principalmente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
“Estamos convencidos de que el TTIP impulsará el crecimiento y la creación de empleos en Europa”, dice a EL UNIVERSAL Arnaldo Abruzzini, secretario general de la Asociación Europea de Cámaras de Comercio e Industria (EUROCHAMBRES), que representa más de 20 millones de empresas en Europa a través de sus 45 miembros. Asegura que sobran elementos para el optimismo. Por ejemplo, que con sólo aumentar 1% las capacidades exportadoras se añadirán 500 mil nuevos empleos en Europa.
Una investigación del Centro de Estudios Políticos Europeos realizada para la Comisión Europea estima que las exportaciones de bienes y servicios desde la UE hacia EU podrían aumentar 28%; esto se traduciría en un incremento de las exportaciones totales de 6% en Europa y de 8% en la Unión Americana. “El acuerdo con EU representa una gran oportunidad y el sector que más se beneficiará es el de la pequeña y mediana empresa, porque se eliminarán barreras regulatorias que limitan sus capacidades”, sostiene.
El experto asegura que el pacto sentará precedente para el diseño de futuros tratados de libre comercio, al incluir capítulos novedosos como es el de las Pymes y de resolución de litigios entre inversores y Estados, así como reforzará la posición global de EU y la UE ante otras regiones.
“Debido a la magnitud del bloque, el ponerse de acuerdo conjuntamente sobre reglas del futuro aumentará las probabilidades de que dicten los estándares del mercado”, explica.
Sin embargo, no todos los especialistas avizoran beneficios como resultado de las negociaciones que iniciaron en Washington el 8 de julio de 2013 y que han sido fuertemente criticadas por falta de transparencia.
El Instituto de Medio Ambiente y Desarrollo Global de la Universidad Tufts sostiene en un estudio publicado en 2014, que el acuerdo no acelerará el crecimiento; por el contrario, la economía de los países del norte de Europa retrocederá 0.50%, la de Francia 0.48% y de Alemania 0.29%.
Los ingresos de los trabajadores también caerán por la liberalización de los mercados; en Francia y Reino Unido se estima la pérdida de 5 mil 500 y 4 mil 200 euros por trabajador; así como provocará la desaparición de 600 mil puestos de trabajo, 90 mil de ellos en las economías del sur de Europa.
“No vemos que del TTIP vaya a salir algo positivo porque las negociaciones sólo se están enfocando en reducir los impedimentos que enfrentan las grandes corporaciones para aumentar sus ganancias”, dice en entrevista Fabian Flues, miembro de la unidad de justicia económica de Amigos de la Tierra Europa.
“Los grandes perdedores serán los consumidores europeos ante la llegada de productos elaborados con estándares más bajos; los trabajadores, tanto por la desaparición de empleos como por la disminución de sus salarios; los contribuyentes, quienes deberán pagar cuando los Estados sean demandados por las grandes corporaciones a través del sistema de resolución, y el medio ambiente”.
Abruzzini niega que las transnacionales resulten ser las grandes ganadoras y rechaza que se busque bajar los estándares laborales, ambientales y sanitarios debido a que la Comisión Europea no tiene mandato para entrar en esos ámbitos.