San José.— La crisis con migrantes irregulares cubanos retenidos en Paso Canos, lado panameño de la frontera entre Panamá y Costa Rica, se agravó ayer cuando más de mil intentaron penetrar a la fuerza al sector costarricense y provocaron violentos disturbios.

Tras el incidente, el gobierno de Costa Rica fustigó a Estados Unidos por incitar la migración irregular cubana y anunció el envío de una carta al presidente de EU, Barack Obama, para expresar el repudio del país centroamericano a la vigencia de la normativa estadounidense (Ley de Ajuste Cubano) por la que los isleños obtienen ventajas migratorias.

Más de 3 mil 500 migrantes irregulares cubanos que viajaron desde Ecuador y Colombia están en Panamá, sin poder viajar a EU. Costa Rica rechaza recibirlos al estar imposibilitados de seguir hacia el norte, porque Nicaragua cerró sus fronteras con esta nación en noviembre de 2015.

La decisión de Managua desató una crisis que se prolongó hasta hace un mes con más de 9 mil 500 cubanos varados en Costa Rica y Panamá procedentes de Ecuador y se resolvió con un puente aéreo y terrestre de enero a marzo pasados a El Salvador, Guatemala y México en ruta a EU.

México se negó reactivar esa opción. Costa Rica denunció “las diversas normativas de EU que promueven y dan privilegios para el ingreso a ese país, incitan a la migración cubana irregular, constituyen un incentivo perverso a la migración y favorecen las condiciones para el tráfico de seres humanos”.

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