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Cientos de personas, entre ellas hispanos y latinos, se unieron a una multitudinaria protesta el jueves en Manhattan en contra del precandidato presidencial republicano Donald Trump.
Con banderas de México, grupos de mariachis y carteles como "Nueva York ama a los inmigrantes", los manifestantes condenaron el aumento en las deportaciones que el político favorece, el muro que quiere construir en la frontera sur y el duro tono que utiliza para hablar sobre los inmigrantes que viven en Estados Unidos sin autorización.
"Estoy en contra de Trump por los términos racistas, homofóbicos e insultantes que usa contra la comunidad mexicana", dijo Israel Galindo, un mexicano de 66 años que llevaba la bandera de su país en la gorra que llevaba puesta. "Él promueve la violencia".
Al otro lado de la calle, dentro del hotel Grand Hyatt de Manhattan, el magnate habló ante donantes de su partido en una cena en la que también participaron los precandidatos presidenciales republicanos Ted Cruz y John Kasich.
Trump no mencionó la inmigración ni a los hispanos en su discurso, sino que se concentró en defender los valores de "valentía y trabajo duro" de la gente del estado de Nueva York. También habló de su historia de éxitos en el sector de los bienes raíces.
A pesar de que no tocó temas migratorios, el político, que bromeó y recibió numerosos aplausos en la cena, ya ha enfurecido a muchos miembros en la comunidad hispana del país.
Trump favorece deportar a los 11 millones de inmigrantes que se encuentran en Estados Unidos sin autorización y también ha dicho que pretende terminar de construir un muro a lo largo de toda la frontera con México, y que hará que los mexicanos lo paguen.
Al principio de su campaña dijo que entre los inmigrantes mexicanos que llegan a territorio estadounidense hay violadores y delincuentes que llevan drogas al país.
Cientos de manifestantes respondieron a esas declaraciones el jueves alzando carteles con lemas como "Alto a Trump" o "La cara del racismo". Varios ahorcaron simbólicamente un monigote que representaba al político y hubo varios arrestos de personas que se introdujeron en el hotel donde habló él.
"Trump no puede ser elegido. Ya es hora de decir 'basta' y de frenar su campaña", dijo Andrea Rodríguez, una venezolana de 21 años que se ha beneficiado de un programa de alivio migratorio del presidente Barack Obama para jóvenes inmigrantes.
Portavoces de Trump no respondieron a una solicitud de comentarios por parte de The Associated Press.
Antes de llegar a la ciudad de Nueva York el jueves, Trump hizo una escala en Long Island, donde unas 100 personas protestaron frente al local en el que habló.
El acto de recaudación de fondos en el que participó se celebró en el poblado de Patchogue, a tan solo unas manzanas de donde un inmigrante ecuatoriano murió apuñalado en un crimen de intolerancia racial en el 2008. Los manifestantes dijeron que la comparecencia de Trump es un insulto a la memoria del inmigrante, que se llamaba Marcelo Lucero.
Trump dijo en el acto que mantiene una "gran relación" con México y los hispanos. No mencionó durante su discurso a los manifestantes que había fuera.
En la cena en Nueva York la que habló sobre inmigración fue la gobernadora hispana de Nuevo México Susana Martinez, quien destacó el hecho de haber aprobado una legislación en su estado para prohibir otorgar licencias de conducir a inmigrantes que carecen de autorización para estar en el país.
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