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La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, perdió ayer el apoyo de dos partidos aliados, entre ellos el hasta ahora principal socio de su gobierno, lo que resultó en un aumento del número de votos favorables a que el plenario de la Cámara de Diputados apruebe, en una votación el domingo, la apertura de un juicio político en su contra.
El derechista Partido Progresista (PP) de Brasil, que cuenta con una bancada de 47 legisladores, la cuarta mayor de la Cámara Baja, anunció que abandona la coalición oficialista y sus diputados votarán a favor del impeachment.
También el conservador Partido Republicano Brasileño (PRB), que ya había roto con el gobierno pero había dejado en libertad a sus 22 diputados para votar según su parecer, anunció su decisión “por unanimidad” de abogar por “el fin inmediato de este gobierno”.
El PP tiene la cuarta minoría en la cámara y la decisión anunciada ayer sigue el camino trazado por el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), primera minoría con 68 escaños y que ya se apartó del gobierno. La segunda minoría es del Partido de los Trabajadores (PT), de Rousseff, que suma 58 diputados, pero la tercera es del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), con 50, lo que significa que de las cuatro grandes fuerzas en la Cámara Baja la mandataria sólo cuenta con una.
El PMDB es liderado por el vicepresidente Michel Temer, a quien Rousseff acusó ayer de ser “uno de los jefes de la conspiración” que, en su opinión, se está gestando en el Congreso para despojarla de su mandato.
El lunes una comisión de la Cámara Baja aprobó un informe que favorece la impugnación de la mandataria. Horas antes, fue filtrada a la prensa una grabación en la que Temer ensaya un discurso para pronunciar después de la destitución.
Rousseff dijo que se sintió “impactada” al escuchar la grabación que, considera, “revela traición hacia mí y hacia la democracia”. “Se les cayó la máscara a los conspiradores”, insistió.
Las discusiones sobre el proceso de destitución iniciarán este viernes. Si la Cámara de Diputados lo aprueba por mayoría calificada (342 votos de 513 posibles), el proceso pasará al Senado, cuyos 81 miembros decidirán, por mayoría simple, si dan lugar al juicio político. De ser así, Rousseff tendría que separarse del cargo por un periodo de 180 días, plazo que tiene el Senado para realizar el juicio y en el que sería sustituida por Temer, quien también será sometido en el Congreso a un proceso similar al de Rousseff.