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A sólo unos días de las elecciones primarias en Iowa, el más firme aspirante a la nominación republicana, Donald Trump, volvió ayer a agitar a las fuerzas vivas del movimiento conservador con un nuevo video de campaña en el que promete llevar a los mejores negociadores a la Casa Blanca para “negociar en contra de China, Japón, México, Vietnam y todos esos países que nos han estafado”.
Trump, un magnate acostumbrado a los pataleos retóricos y a dedicar un recital de insultos contra los mexicanos, contra la comunidad musulmana, contra las mujeres y los periodistas, y que se ha enfrascado en una guerra abierta contra el liderazgo del partido republicano y la poderosa cadena FOX, ha vuelto a la cargada para prometer la creación de empleos mientras renegocia nuevos acuerdos con países como China, México o Japón.
“Vamos a traer a los mejores negociadores para negociar en contra de China, con Japón, con México, con Vietnam y con todos los países que nos han estafado. Vamos a traer de regreso nuestros trabajos y nuestra industria manufacturera. Vamos a dejar de ser los tontos. Ya hemos sido engañados durante mucho tiempo”, aseguró Trump en un mensaje de apenas 50 segundos que forma parte de su campaña para tratar de cerrar las filas de las bases conservadoras a su favor.
Las cápsulas de propaganda electoral, un condensado de nacionalismo populista y de racismo desembozado, han sido vertidas por la campaña Trump para presentarse a sí mismo como el único aspirante a la nominación republicana sin ningún tipo de vínculo con los intereses creados o los lobbies de Washington.
“Somos una campaña autofinanciada. No tengo necesidad de los lobbies y los intereses creados”, asegura Trump quien ha conseguido colocarse a la cabeza de todas las encuestas a sólo unos días de los caucus o asambleas de Iowa donde figura como el favorito.
“Si ganamos Iowa seremos capaces de hacernos con el control de la nominación”, ha asegurado Trump a sus colaboradores, mientras apura el paso en medio de insultos contra medios de comunicación o periodistas que osen cuestionarle su falta de consistencia como candidato del movimiento conservador.
En el curso de las últimas horas, Trump ha llegado al extremo de declararle la guerra a la poderosa cadena FOX, algo impensable para cualquier republicano con serias aspiraciones a la presidencia. En un desplante sin precedentes, Trump ha renunciado a participar en el debate republicano del próximo jueves en Iowa para castigar así a esa cadena por su decisión de mantener como uno de los presentadores a Megyn Kelly, la periodista que se atrevió a cuestionar a Trump durante el primer debate por su falta de respeto hacia las mujeres.
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