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Taiwán eligió ayer a Tsai Ing-wen como su primera presidenta mujer, luego de concederle a su partido independentista su primera mayoría en la legislatura nacional y rechazar al Partido Nacionalista, cercano a Beijing, que ha dirigido la isla autónoma desde hace ocho años. Tsai se comprometió de inmediato a mantener la paz con su vecina China, que advirtió que se opondrá a cualquier iniciativa soberanista.
El candidato del hasta ahora gubernamental Kuomintang (Partido Nacionalista Chino, KMT), Eric Chu, reconoció la derrota después de que Tsai, del Partido Demócrata Progresista (PDP) obtuviera en el escrutinio más de 56% de los votos y renunció como presidente del KMT. En el Parlamento de Taiwán, de 113 escaños, el PDP ganó con 68 mandatos por primera vez la mayoría, mientras que el Kuomintang, que hasta ahora siempre había tenido mayoría, sólo consiguió 33 bancas.
“Taiwán y China necesitan tomar algo de distancia”, dijo Willie Yao, un ingeniero en informática que votó en Taipei por Tsai. “El cambio de presidente significará que todavía los taiwaneses tomarán la decisión”.
Tsai asumirá uno de los cargos más desafiantes y peligrosos en Asia, puesto que China tiene miles de misiles apuntando hacia la isla que reclama, décadas después de que nacionalistas huyeron del régimen comunista hacia Taiwán durante la guerra civil china de 1949.
La mandataria electa dijo en su primer discurso tras la victoria electoral que buscará establecer relaciones “consistentes, predecibles y sostenibles” con China, sin buscar provocaciones. “Sin embargo, ambas partes tienen la responsabilidad de hacer su mejor esfuerzo para encontrar formas aceptables de interactuar, con respeto y reciprocidad, y garantizar que no haya provocaciones ni sorpresas”, subrayó.
En un comunicado, la Oficina China de Relaciones con Taiwán dijo que los logros y la paz alcanzados deberían ser valorados y que el país no tolerará ninguna actividad del nuevo gobierno que favorezca la independencia. “En cuestiones importantes como el principio de proteger la soberanía y la integridad territorial del país, nuestra voluntad es dura como una roca”, añadió. Aun así, afirmó que trabajaría para mantener la paz y la estabilidad entre las partes.
La Casa Blanca felicitó a Tsai por su triunfo electoral y dijo que Estados Unidos mantenía un profundo interés en que permanezca la paz entre Taiwán y China.
Mientras que las relaciones entre Beijing y Taipe1 centran la atención en el exterior, para los electores taiwaneses lo más importante es la mala situación económica. El crecimiento de la quinta economía asiática se situó el año pasado por debajo del 1%. En términos reales, los ingresos de los taiwaneses no han subido en más de diez años. A este respecto, Tsai prometió una política “previsible y transparente”, ampliar las relaciones comerciales con otros países y fomentar la innovación industrial.