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Los dos sistemas escolares más grandes de Estados Unidos —el de la ciudad de Nueva York y el de Los Ángeles— recibieron ayer amenazas de un ataque yihadista a gran escala con armas de fuego y bombas, pero mientras la ciudad californiana decidió cerrar todo el distrito escolar, los neoyorquinos minimizaron la advertencia y sí abrieron.
En Los Ángeles, antes del inicio de las clases, las autoridades advirtieron a más de 640 mil estudiantes que no acudieran a sus colegios y a los que estaban de camino se les mandó de vuelta a sus casas, luego de que un miembro de la junta escolar recibiera una amenaza por correo electrónico que generó temores de otro ataque similar a la masacre con armas de fuego que tuvo lugar en el cercano San Bernardino. Según las autoridades, la amenaza, que llegó a varios miembros de juntas escolares durante la noche del lunes, fue enviada por mail desde un ordenador con IP en la ciudad alemana de Frankfurt.
El director del distrito escolar de Los Ángeles, Ramon Cortines, dijo que la amenaza estaba dirigida a más de una escuela. “No queremos correr ningún riesgo”, manifestó. La medida obligó a cerrar más de 900 colegios públicos y 187 de las escuelas chárter —institutos públicos a los que se les da mayor flexibilidad en sus operaciones, a cambio de una mayor rendición de cuentas en su desempeño académico—.
Las autoridades de la ciudad de Nueva York dijeron haber recibido la misma amenaza, pero rápidamente concluyeron que se trataba de una farsa. El alcalde neoyorquino Bill de Blasio dijo estar “absolutamente convencido” de que los alumnos no corrían peligro en la ciudad que él gobierna.
“La amenaza no tenía nada de creíble. Era demasiado estrambótica”, señaló De Blasio. William Bratton, comisionado de la policía de Nueva York, dijo sarcásticamente que aparentemente el que la mandó ve mucho el programa “Homeland”, de la cadena televisiva Showtime.
Adam Schiff, el demócrata de más alto rango en la Comisión de Inteligencia de la Cámara Baja, dijo que “según una primera valoración, se trató de una broma para perturbar los distritos escolares en grandes ciudades.
Las autoridades de Los Ángeles defendieron la medida que aplicaron. “Es muy fácil criticar una decisión con base en resultados que no podría haber sabido nunca el que tomó la decisión”, dijo Charlie Beck, jefe de la policía de Los Ángeles, en conferencia de prensa. Detalló que el mail mencionaba bombas, rifles de asalto y pistolas automáticas. Las escuelas reabrirán hoy.
El autor del mail dijo ser un extremista musulmán que tenía 32 cómplices que llevaban agentes nerviosos y otras armas en mochilas, según el texto que leyó el congresista Brad Sherman, quien añadió, en declaraciones a CNN, que todo apuntaba a que se trataba de un engaño, ya que contenía referencias pornográficas incongruentes con un mensaje escrito por un musulmán devoto. Según Bratton, el autor del mensaje escribió “alá” en vez de “Alá”.
Varios expertos consideraron que no debería llegarse a una situación en la que Estados Unidos se deja intimidar por amenazas y toma medidas precipitadas.
Cortines insistió en que era “importante tomar medidas preventivas si se piensa en lo que pasó recientemente”. Aludió así al ataque de hace dos semanas en San Bernardino, una localidad de California que se ubica a alrededor de una hora en auto de Los Ángeles y donde murieron 14 personas en una institución estatal a manos de dos atacantes que luego fueron abatidos.
Sobre lo ocurrido ayer, la Casa Blanca dijo que la decisión de cancelar las clases debe ser tomada por las autoridades locales. “Los servicios de emergencia locales son los responsables de liderar y proteger a sus comunidades”, indicó el portavoz Josh Earnest.
Mientras, funcionarios del campus Universidad de Indiana-Universidad Purdue en Indianápolis pusieron fin a una alerta en la que se advertía a los estudiantes que permanecieran en lugares cerrados tras un robo a mano armada cerca de las instalaciones.
La alerta permaneció vigente unos 90 minutos y era válida para alumnos y personal. Rafael Díaz, vocero de la policía, dijo que los agentes no pudieron encontrar al hombre armado que atracó a una persona cerca de un apartamento fuera del campus y luego huyó hacia la universidad, donde aumentó la presencia policial.