Ciudad del Vaticano.— El papa Francisco criticó ayer la filtración de documentos confidenciales del Vaticano y consideró el hecho como un crimen deplorable, pero dijo que no lo distraerá de sus esfuerzos por continuar con las reformas en la Santa Sede.

Francisco no se expresó con un comunicado o una declaración de su portavoz, sino que prefirió dar su opinión ante todos sus fieles sobre el último escándalo dentro de los muros vaticanos, en su mensaje tras el rezo del Ángelus.

“Sé que muchos de ustedes están turbados por las noticias que han circulado en estos últimos días a propósito de documentos reservados de la Santa Sede, que han sido sustraídos y publicados y quiero decir, antes que nada, que robar estos documentos es un delito. Es un acto deplorable y que no ayuda”, dijo en la Plaza de San Pedro desde la ventana del palacio pontificio.

Las filtraciones son uno de los mayores escándalos internos que han sacudido al pontificado de Francisco y recuerdan al caso Vatileaks que ocurrió antes de la renuncia del papa Benedicto XVI en 2013. Los medios italianos han llamado al más reciente episodio Vatileaks II.

“Quiero decirles que este triste hecho no me distrae de la labor de reforma que estamos llevando a cabo con el apoyo de mis colaboradores y de todos ustedes”, dijo a decenas de miles de personas en la Plaza San Pedro durante su bendición del domingo.

La semana pasada, el Vaticano arrestó al sacerdote español Lucio Ángel Vallejo Balda y la italiana Francesca Chaouqui por la filtración.

El español, de 54 años, fue secretario de la disuelta comisión investigadora de los organismos económicos y administrativos de la Santa Sede, que el Papa creó para investigar el estado de las finanzas, y varios documentos producidos por este organismo aparecen en los libros donde se denuncia el derroche y la mala gestión de las cuentas de la Santa Sede.

Francisco recordó ayer que él mismo había “pedido hacer ese estudio” [sobre las finanzas vaticanas] y que tanto él como sus colaboradores “ya conocían bien” todos estos documentos. Aseguró que “ya se han tomado medidas que están dando sus frutos”.

En los libros también ocupan un gran espacio los excesos de gasto cometidos en algunos casos por cardenales. Se ofrecen datos de los apartamentos de los que disponen algunos de ellos, como el ático en el que vive el ex secretario de Estado, Tarsicio Bertone, o cómo cardenales y otros miembros de la Curia viven en apartamentos de más 200 metros cuadrados.

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