Washington.— El presidente Barack Obama pidió ayer romper con el “ciclo vicioso de criminalidad, encarcelamiento y pobreza”, que mantiene atrapadas a miles de personas que purgan condenas o que han sido excarceladas pero que, al poco tiempo, vuelven a reincidir para regresar a la prisión sin tener oportunidades para rehacer sus vidas y reinsertarse a la sociedad.

“Todo el mundo merece una segunda oportunidad”, aseguró el mandatario desde la localidad de Newark, en Nueva Jersey, hasta donde se trasladó para abogar en favor de quienes han purgado sus condenas en la cárcel y muchas veces terminan de nueva cuenta aprehendidos ante la falta de oportunidades.

Al dar a conocer una serie de medidas, que buscarán favorecer la reinserción de quienes han sido liberados, o que lo serán en los próximos meses para aliviar la presión humana y financiera de los centros penitenciarios, Obama mostró una vez más su resolución para impulsar una reforma judicial que sólo encarcele a los más violentos o a criminales con antecedentes graves.

Entre las medidas anunciadas ayer por el presidente, se incluye financiamiento de programas que supervisarán el Departamento de Educación y el de Trabajo para ofrecer cursos de actualización a quienes deseen reinsertarse en el mercado laboral.

Instó al Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano a buscar mejores fórmulas para que los ex convictos puedan encontrar un sitio dónde vivir. Asimismo, enfatizó su propuesta de ley para rebajar condenas a convictos no peligrosos o no violentos que hayan sido encarcelados por delitos asociados al trasiego menor de drogas y que no hayan formado parte de una red criminal.

Puso énfasis en la petición dentro de la iniciativa introducida el pasado 1 de octubre desde el Senado y que deberá aprobar el Congreso para que el gobierno y las empresas privadas dejen de requerir en sus formularios para solicitar trabajo que el demandante declare si tiene antecedentes penales.

Cada año, recordó Obama, aproximadamente “600 mil ex convictos son liberados de las prisiones estatales y federales de EU”, que muchas veces vuelven a reincidir ante la falta de oportunidades de vivienda, educación y empleo. Desde el año pasado, el presidente se ha empeñado en sacar adelante una de las reformas más urgentes del sistema criminal de justicia para salir al paso de una de las peores crisis carcelarias y humanitarias. La medida, según funcionarios del Departamento de Justicia, podría beneficiar a 70% de los internos no violentos o con un récord criminal no peligroso.

En términos numéricos, supondría la reducción de la población carcelaria cercana a los 6 mil 500 internos en lo que resta de 2015.

Con 5% de la población mundial, EU cuenta con 25% de los prisioneros en todos los países. Cifras del Departamento de Justicia señalan que, tan sólo en 2010, el presupuesto erogado en su sistema judicial superó los 80 mil millones de dólares.

Según estimaciones de organizaciones defensoras de los derechos humanos como la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), en los 30 últimos años que han corrido de forma paralela a la fallida guerra contra las drogas en EU, la población carcelaria se disparó 800%.

El problema, sin embargo, de las reformas propuestas por Obama es la resistencia que ha comenzado a encontrar entre los cuerpos policiales y entre distintas instancias del Departamento de Justicia, que han recurrido a las penas elevadas para presionar a sus detenidos y convertirlos en testigos clave para encontrar a capos de la droga.

Entre quienes se han colocado a la cabeza de estas resistencias, se encuentra el comisionado de la Policía de Nueva York, Bill Bratton, quien advirtió contra la idea de liberar a todos los presos que hayan purgado condenas que fueron reducidas tras un proceso de negociación con los fiscales.

En opinión de Bratton, entre estos ex convictos hay quienes han cometido graves delitos, pero las penas se redujeron al negociar su pena a cambio de colaborar con investigaciones.

Según la ACLU, la reforma propuesta por Obama es urgente porque “el sistema judicial está roto” desde hace mucho tiempo y, además, no ha conseguido resolver el problema de la criminalidad y sí acentuar la pobreza entre miles de personas que están en la cárcel o que son familiares de quienes purgan una condena.

Evitan cierre del gobierno. Ayer, el presidente Obama evitó el cierre del gobierno de Estados Unidos mediante la firma del proyecto de ley de presupuesto, que contempla gastos por un billón de dólares y eleva el límite de la deuda para los próximos dos años.

El presupuesto aumenta el gasto en 80 mil millones de dólares por dos años, de los cuales 50 mil millones corresponden a 2016 y los restantes 30 mil millones a 2017, con aumentos en los gastos de defensa y otras partidas. Obama consideró al acuerdo “una señal de cómo debe funcionar Washington”.

Con información de DPA

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