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Washington.— Mientras Donald Trump se consolida como el aspirante más sólido del Partido Republicano a la nominación presidencial gracias a su discurso y sus propuestas de expulsión masiva de los indocumentados, expertos en el frente migratorio advierten contra el elevado costo que supondría borrar del paisaje a quienes viven en Estados Unidos sin papeles.
Según cálculos de organizaciones como el Center For American Progress (CAP) —de credenciales progresistas—, remover a 11.3 millones de personas como propone Trump costaría 114 mil millones de dólares (mmdd) y arrastraría a la mayoría de las agencias federales hacia una “pesadilla logística” para localizar a todos y cada uno de ellos en el territorio antes de expulsarlos del país. “Y eso es sólo el costo del operativo en el corto plazo”, consideró Philip Wolgin, responsable del estudio, quien advirtió del daño “social y emocional” que un operativo así causaría en las comunidades.
Los 114 mmdd incluyen los costos de encontrar a cada uno de los indocumentados, su detención mientras se espera su deportación, el juicio ante la corte de inmigración y su transporte a sus países de origen.La estrategia de deportación masiva costaría un promedio de 10 mil 70 dólares por persona.
Organizaciones como American Action Forum (AAF), de vertiente conservadora, han estimado que remover a más de 11 millones de personas del país es una obra que requeriría 20 años de esfuerzos continuos para localizar y conseguir la deportación de todos los indocumentados de forma voluntaria o forzada, a un costo que oscilaría entre los 420 mil y los 620 mil millones de dólares. Al mismo tiempo, la fuerza laboral se vería impactada por la extracción de 11 millones de personas en edad productiva, con una reducción de 6.4% en el curso de dos décadas. El PIB se contraería en 5.7%; esto es, 1.6 billones de dólares.
“A ello habría que añadir el tremendo costo humano, con comunidades enteras despojadas y maltratadas de gente que lleva muchos años ahí. O el caso de familias que se verían rotas, o de mujeres que se quedarían solas para hacerse cargo de los hijos porque las redadas y deportaciones casi siempre se dirigen contra los hombres”, añadió Wolgin.
Por su parte, Laura Collins, directora de políticas migratorias del Foro de Acción Estadounidense, destacó que los efectos de las deportaciones masivas “dañarían cualquier estrategia económica en favor del crecimiento”, mientras que una reforma migratoria adecuada incrementaría el PIB per cápita del país en más de mil 500 dólares y reduciría el déficit estadounidense en 2.5 billones de dólares.
La ventaja del magnate. El hecho de que Trump se haya consolidado a la cabeza de las encuestas, con más de 10 puntos de ventaja frente al ex gobernador de Florida, Jeb Bush, su más inmediato contendiente, habla de la eficacia de un discurso que ha buscado explotar o demonizar a la comunidad inmigrante con propuestas tan costosas como disparatadas.
De acuerdo con un sondeo difundido ayer por CNN, Trump tiene 24% del respaldo entre la base conservadora, frente al 13% de Jeb Bush. El magnate inmobiliario sería el mejor candidato para manejar la economía, según el 45% de los encuestados, y para resolver el problema de la inmigración ilegal.
“No cabe duda de que el discurso de Trump ha encontrado un terreno fértil entre la base conservadora del Partido Republicano. Pero también habría que decir que este discurso va en contra de lo que opina la mayoría de la población en EU”, consideró Wolgin, en referencia a los más recientes sondeos de Gallup en el frente migratorio.
“Hoy sólo 19% de los estadounidenses favorece la deportación masiva de los indocumentados, mientras que 65% cree que los inmigrantes no sólo deberían quedarse sino tener una vía a la legalización y la ciudadanía”, añadió en referencia al cambio de dinámica que enfrentarán los republicanos cuando compitan a nivel nacional en 2016 y en asuntos tan polémicos como la inmigración indocumentada.
A pesar de ello, candidatos republicanos como Trump o Scott Walker insisten en apostar por la deportación masiva, una fórmula que costó muy caro en 2012 al entonces candidato republicano a la presidencia, Mitt Romney, quien habló de la posibilidad de favorecer la “autodeportación”, creando un ambiente de persecución insufrible para los inmigrantes. El discurso le supuso a Romney la pérdida del voto hispano que sólo le respaldó en un 27%, frente al 70% de Barack Obama, quien consiguió reelegirse en el cargo.
Lanzan campaña. El director de la Oficina de Fronteras y Aduanas (CBP) de Estados Unidos, Gil Kerlikowske, presentó ayer en San Ysidro, California, en la frontera con México, una campaña que busca desmotivar el cruce fronterizo de indocumentados, al advertir sobre los peligros y la inminente deportación a la que se someten.
La iniciativa “Conoce los hechos” (Know The Facts) surgió a raíz de la llegada en 2014 de más de 68 mil niños indocumentados sin acompañantes, provenientes principalmente de Centroamérica y en busca de asilo político en Estados Unidos debido a la violencia en sus países de origen.
Con información de agencias