Washington.— El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, rehuyó ayer todo triunfalismo para valorar la estrategia militar contra el Estado Islámico (EI), una guerra que “podría llevar una generación” para extirpar el radicalismo violento que se ha extendido por Irak, Siria y otras naciones.

Obama, que visitó el Pentágono para repasar la estrategia contra el EI, calificó a esa organización como “oportunista” y dijo que puede y será derrotada, aunque ese objetivo “no será rápido” ni fácil. “Habrá momentos de progreso, pero también reveses. Tras una campaña de más de cinco mil bombardeos aéreos hemos eliminado a miles de milicianos y destruido una parte importante de su estructura militar. Pero necesitamos un aliado poderoso sobre el terreno”, dijo.

“Esta batalla podría llevar una generación”, dijo Obama al reconocer que la guerra que prometió terminar cuando llegó a la Casa Blanca le podría sobrevivir cuando deje la presidencia.

“En estos momentos seguimos entrenando a un mayor número de tropas en Irak”, aseguró Obama en referencia a la construcción de bases militares para respaldar a las tropas del ejército iraquí en su lucha por recuperar el terreno perdido en distintas partes del territorio.

Casi cuatro años después de haber prometido que replegaría a todas las fueras de Irak, Obama se vio obligado ayer a rendir cuentas por los limitados alcances de una estrategia que ha sido objeto de cambios.

A manera de ejemplo, el reciente envío de más de 450 efectivos para elevar a 3 mil 500 el total de tropas que tienen como misión respaldar, entrenar y robustecer las filas de un ejército en desbandada y mal entrenado que intenta recuperar el terreno perdido a manos del EI en Mosul o Ramadi, en Irak.

En este sentido, Obama reconoció que la estrategia de EU y sus aliados pasa por la destrucción de complejos petroleros que han caído bajo control del EI en Irak y Siria. “Nuestros bombardeos aéreos se seguirán concentrando en estos objetivos, ya que son una importante fuente de ingresos para sus operaciones”, enfatizó.

Rodeado por el jefe del estado mayor conjunto, el general Martin Dempsey y por el secretario de Defensa, Ashton Carter, el presidente reconoció que a pesar de que la estrategia militar de EU pasa por el entrenamiento de tropas en Irak y una intensa campaña de bombardeos en Siria, las agencias de inteligencia también se mantienen alertas al proceso de expansión del EI en Túnez, Kuwait o Egipto.

“Hemos detectado la presencia del EI en Libia, así como planes para extenderse por el norte de África, Medio Oriente y el sureste de Asia”, señaló Obama.

Para algunos analistas, la decisión de Obama de seguir una estrategia militar de carácter marginal, nunca le permitirá acabar con el EI en Siria e Irak. “Lo que es evidente es que la actual estrategia no está funcionando. Ha ido de mal en peor. Y no podremos evitar que el EI siga echando raíces en Siria e Irak a menos que pongamos tropas sobre el terreno”, consideró Michael Doran, del Institute Hudson.

Otros expertos insisten en defender la estrategia de Obama de no dejarse arrastrar por esta guerra que ya ha costado más de 2 mil millones de dólares.

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