Este jueves el precandidato presidencial Donald Trump realizará una visita a la zona fronteriza de Estados Unidos con México luego de haber calificado a quienes cruzan la frontera sin autorización como "criminales" y "violadores" y ha acusado al gobierno mexicano de enviar deliberadamente delincuentes a Estados Unidos.

Sus rivales del Partido Republicano tienen que habérselas con su costumbre de mencionarlos por su nombre, denigrar el establishment partidario y agitar el debate sobre migración.

En Washington, en respuesta a una pregunta sobre el viaje de Trump, el exgobernador texano Rick Perry dijo: "Espero que sea capaz de encontrar la frontera. Me parece que nunca ha estado allí".

Perry dijo que la campaña de Trump es un "cáncer para el conservadurismo" y definió el "trumpismo" como una "mezcla tóxica de demagogia, mezquindad y absurdo que llevará al Partido Republicano a la perdición si continúa".

Trump también criticó duramente la gestión de Rick Perry, exgobernador texano y también aspirante republicano a la candidatura presidencial, señalando que "hizo un trabajo terrible", en lo que a política fronteriza se refiere.

El senador y aspirante presidencial republicano Lindsey Graham calificó a Trump de "imbécil". Este a su vez lo trató de "idiota" y divulgó el número de teléfono personal del senador.

Jeb Bush dijo que su retórica era "fea" y "mezquina".

El enfrentamiento se produce de cara a la elección presidencial de 2016 en la que el voto hispano cumplirá un papel crucial, sobre todo en estados como Nevada, Colorado y Florida, que pueden inclinarse por uno u otro partido. (Con información de EFE)

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