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metropoli@eluniversal.com.mx
Un cuadro complicado de neumonía puso al pequeño José Ángel García en una de las incubadoras del Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa, inmueble que se colapsó por una explosión hace casi un año, estallido al cual sobrevivió el pequeño y que ahora, con su recuperación, es el motor que generó un cambio de vida en su familia.
“Nos sorprende y nos da una lección, las ganas inmensas que tiene de vivir José Ángel, cada día nos lo demuestra, a pesar de todo lo que pasó”, comenta Sonia García, madre del menor.
Describe que la odisea de José Ángel inició con haber nacido de forma prematura, luego siguió la neumonía, sobrevivir a la explosión y recuperarse, además de salir adelante de otras dos complicaciones respiratorias en octubre y diciembre pasados.
Pero a un año de la tragedia, Sonia y su familia han vivido “un giro inesperado”, pues su hijo mejora, recibieron una casa propia y ella, un empleo.
El menor tiene un año y dos meses de edad. Había llegado el 28 de enero de 2015 al nosocomio debido a problemas respiratorios y fue internado. En ese momento sólo tenía un par de meses de nacido.
Un día después ocurrió el estallido por una fuga en una pipa de la empresa Gas Express Nieto; fue uno de los bebés rescatados por el policía Mauro Enrique Vera, célebre por una foto viralizada en internet.
José Ángel resultó con quemaduras en rostro, pecho, brazos y piernas, heridas atendidas de emergencia en el hospital Shriners de Galveston, Texas, mediante el apoyo de la fundación Michou y Mau. Allá pasó un mes con su madre y por su resistencia fue llamado Niño Guerrero.
A pesar de la tragedia, la primera característica que define al pequeño es ser muy sonriente, ya dice “abue” para referirse a Rosa María, su abuela, balbucea y juega con sus hermanos Danna Paola y Santiago.
“Nunca perdí la fe”, es la frase que menciona en repetidas ocasiones para tratar de explicar la situación actual.
La familia habita una vivienda en la colonia Tinajas en Cuajimalpa, cuya renta es cubierta con apoyo del DIF local, pero se mudará en un mes a un departamento que el Instituto de Vivienda de la capital les regaló en la delegación Venustiano Carranza.
“Ya fuimos a ver el departamento y nos dieron las llaves”, comenta Sonia, quien recibió una plaza como técnico en la Secretaría de Salud del Distrito Federal, por parte de Armando Ahued, titular de la dependencia.
La familia llegó a una mediación en abril pasado con Gas Express Nieto, responsable de la explosión; la empresa indemnizó a José Ángel con un monto que equivale a una proyección de los gastos que deberán cubrirse para su atención médica y manutención hasta los 21 años.
“Dimos un giro inesperado”, expresa la madre jefa de familia, pues antes de la explosión pasaron carencias económicas, vivían en una bodega, “a veces comíamos, a veces no”, añade.
Sonia García afirma que volver a recordar la tragedia que protagonizó con su hijo aún duele, pero también la impresiona por todo lo que ha aguantado el pequeño, por eso concluye que José Ángel “tiene una misión muy grande aquí en la tierra”.