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metropoli@eluniversal.com.mx
La tarde de ayer, un supuesto cortocircuito provocó un incendio en al menos cinco locales de la Plaza 2000, en el mercado de La Merced, sin que se registraran muertos o heridos.
Fue alrededor de las 13:00 horas cuando comenzó a salir humo de un local del centro de abasto, los locatarios intentaron localizar cuál era la fuente de la humareda que les cegó la vista; al mismo tiempo solicitaron apoyo a policías y bomberos.
Con cubetas de agua y extinguidores, los dueños de los locales afectados intentaron apagar el incendio, que comenzaba a extenderse a otros locales, pero en ese momento arribó el equipo de bomberos, quienes comenzaron a sofocar el fuego.
En un lapso de tres minutos, personal de Protección Civil y encargados de la plaza evacuaron casi en su totalidad el inmueble; de acuerdo con testigos, alrededor de mil personas fueron desalojadas.
Las calles aledañas a las naves del mercado de La Merced también se llenaron de humo, vecinos rodearon el área para intentar ver el incendio, pero los mismos locatarios acordonaron la zona, para que el equipo de emergencias realizara su trabajo.
De acuerdo con los vendedores, el cuadrante de San Ciprian, General Anaya, Rosario y Olvera fue resguardado para que no ingresaran los curiosos y evitar la rapiña.
También acudieron elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) quienes se ubicaron en los accesos del mercado, pero los que organizaron los ingresos fueron los mismos comerciantes.
Debido a la mala organización, el ambiente entre comerciantes se fue calentando, mientras que unos ingresaban una y otra vez para apoyar a los vulcanos, a otros se les prohibía la entrada indicandoles que el problema no era de ellos.
“Estamos preocupados también por nuestros negocios, no pudimos guardar nuestras cosas”, comentaban en voz baja los locatarios excluidos.
Una mujer con el cabello teñido de rubio era la que organizaba el ingreso al mercado, los que resguardaban el lugar la llamaban “jefa”, con ella eran las negociaciones tanto con los locatarios como con los bomberos y medios de comunicación.
Algunos aseguraron que esta mujer asumió el mando debido a que en el local incendiado se guardaban juegos pirotécnicos, lo que posiblemente provocó la humadera.
“No me van a negar que huele a puro cuete y la señora tiene miedo que salga en los medios que era un local de esos, pero lo que se ve no se juzga”, comentó una de las locatarias.
Ante este olor a pólvora que se percibía en el ambientes, el director del Cuerpo Bomberos, Raúl Esquivel, comentó a EL UNIVERSAL que no había rastros de este material.
“Afortunadamente estamos cerca del lugar, en los locales había una gran cantidad de cacahuate, alrededor de dos toneladas y aunque había un olor a pólvora, no vimos los fragmentos”, señaló el jefe vulvano.
Después de varios minutos de intentar sofocar el incendio, los bomberos al fin salieron del inmueble. En medio de una mezcla de olores, entre cañería, pólvora y plástico quemado, los vulcanos eran felicitados por los locatarios, quienes les dieron leche “para que no se intoxiquen”.
No hubo reporte de muertos ni heridos, solo seis personas que apoyaban al equipo de emergencias fueron atendidos por inhalación de monóxido de carbono.
Hace más de dos años, el 27 de febrero de 2013, una descarga eléctrica en los diablos colocados en el mercado de La Merced ocasionó un incendio que quemó unos mil locales comerciales en un área de siete mil metros cuadrados. Desde entonces se emprendieron labores de reconstrucción y se anunció un plan de rescate del barrio donde está el inmueble.