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Fueron suficientes 60 segundos para que tres personas armadas ingresaran a un banco y robaran tanto a usuarios como empleados, para después escapar impunemente.

Según las primeras versiones policiacas, el objetivo de los delincuentes era un empresario, a quien despojaron de 300 mil pesos; sin embargo, una vez dentro, robaron por lo menos siete usuarios.

El robo se registró poco después de las 9:00 horas en la sucursal de Santander que se encuentra en la intersección de la avenida Morelos y Melchor Ocampo, en la colonia Magdalena Mixhuca. El único policía que resguardaba la institución crediticia fue amagado por uno de los delincuentes, sin que pudiera hacer nada para defender a los usuarios.

Los otros dos hombres ingresaron al banco. Uno fue directamente sobre el empresario que estaba por depositar 300 mil pesos; el segundo aprovechó que los usuarios hacían fila para los tramites y, así como estaban formados, de uno en uno los fueron despojando de sus pertenencias, tomó joyas, teléfonos celulares, relojes, carteras y bolsos.

El robo quedó registrado en los videos de seguridad del banco; sin embargo, los delincuentes usaban cascos y no se logró su identificación.

Lo que sí se captó fueron las motocicletas en las que huyeron, así como la ruta de escape. La denuncia ya se presentó por parte de los afectados y de la institución crediticia; ahora, las autoridades han establecido dos líneas de investigación.

La primera, el circulo cercano y de trabajo del empresario que estaba por depositar los 300 mil pesos, pues aparentemente éste era el blanco del robo; en este sentido, no se descarta que algún conocido haya proporcionado información sensible como la hora y la sucursal en que se depositaría las ganancias, producto de una transacción realizada por una empresa de la misma zona del banco.

La víctima manifestó a las autoridades sentirse sorprendido, pues el delincuente que se acercó a él y de inmediato le pidió una bolsa de mano en donde traía el dinero.

Durante este año, el robo a sucursales bancarias ha mostrado un nuevo modus operandi, como se ha establecido en los casos reportados en las delegaciones Miguel Hidalgo, Venustiano Carranza y Cuauhtémoc.

Según las víctimas, son asaltadas instantes después de hacer un retiro importante, lo que hace pensar que posiblemente exista alguna especie de contubernio de algunos empleados del banco, en especial los cajeros, quienes de alguna manera alertan a los delincuentes, que simplemente esperan el momento en el que el cliente vaya a abordar su vehículo para ser robado.

La procuraduría capitalina ha registrado cinco denuncias de este tipo en 2017 y, aunque por el momento no han encontrado un vínculo tangente entre los delincuentes y los empleados del banco, en todos los robos han solicitado la revisión de las cámaras de vigilancia al interior de los bancos; de esta manera. buscan encontrar qué métodos presuntamente son utilizados por los empleados para alertar a sus cómplices de quién retira una fuerte suma de efectivo.

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