Más Información
Felipe Calderón y Margarita Zavala festejan Navidad con sus hijos; “les mandamos nuestros mejores deseos”, expresan
Adriana Malvido invita a unirse al nuevo movimiento ambiental ABC/MX; convoca a la juventud para enfrentar la crisis climática
José Ramón López Beltrán y su familia agradecen apoyo con foto navideña; “nos sentimos muy afortunados”, dicen
Claudia Sheinbaum y Jesús Tarriba envían mensaje a mexicanos; “gracias por lo que hacen por sus familias y por México”
Decomisan arsenal, granadas y equipo táctico en Pantelhó, Chiapas; catean rancho tras enfrentamiento
ricardo.gomez@eluniversal.com.mx
El Congreso de la Unión no tuvo “generosidad” ni visión para darle a la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México (CDMX) las condiciones mínimas de trabajo a través de presupuesto y recursos, además de que el tiempo es muy limitado, reconoce Dolores Padierna Luna, senadora del PRD.
Diputada de la Asamblea Constituyente, encargada de redactar la Constitución para la Ciudad de México, acepta en entrevista con EL UNIVERSAL, que con ese aspecto en contra, el reto es titánico, pero confía en que cumplirán su cometido el próximo 5 de febrero de 2017. “Si estamos aquí es porque podemos. Nadie puede excusarse ni decir ‘no me dio tiempo’”.
“Estamos contra el tiempo. También en eso el decreto es muy limitativo. Nos dieron cuatro meses, como si fueran enchiladas, y mire que a mí me cuesta mucho hacer enchiladas”, dice.
Adelanta que por el escaso tiempo, los debates en el pleno en diciembre y enero serán “a morir”.
Con todos los obstáculos que enfrentarán, confía en que la CDMX tendrá una Constitución garantista, con claro perfil de proteger los derechos humanos.
Padierna destaca que todos los logros que se han conseguido en la CDMX serán plasmados en la nueva ley. Reconoce que el proyecto de Constitución que envió el jefe de Gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera, sufrirá algún tipo de modificación; destaca derechos nuevos, como “el de la Ciudad”, a buenos servicios públicos; “a una renta básica”, para los más pobres y “al cuidado”, para personas discapacitadas, solas o abandonadas.
En cuanto a temas polémicos, no está de acuerdo en legalizar la prostitución, porque no es voluntaria y es un asunto de violencia a ese núcleo.
Tampoco ve la posibilidad de cancelar las marchas. “Es un derecho”, afirma; adelanta que las alcaldías serán “fuertes” con capacidad de generar recursos propios.
De los asambleístas faltistas, opina que son los menos, pero confía en que al trabajo en comisiones, que inicia en noviembre, acudirán todos.
Un nuevo paradigma
¿Qué balance hace de los trabajos de la Asamblea Constituyente?
—Primero subrayar eso. Se trata de hacer un trabajo histórico. En 700 años que tiene de fundada esta CDMX es la primera vez que vamos a tener una Constitución. Y queremos abrevar de toda la historia y los avances para hacer una Constitución modelo. Déjeme darle dos características que nos permitirán hacer una Constitución de avanzada: uno, la gran reforma constitucional en junio de 2011 en materia de derechos humanos, que establece que el eje de toda institución, norma o función del Estado es para preservar, plasmar y garantizar los derechos humanos. Ese es el eje rector de la Constitución de la CDM. Que las personas estén por encima de las instituciones.
El otro eje, son 20 años de gobiernos progresistas que ha tenido la ciudad, [gobernada esos años por el PRD, su partido] se constitucionaliza la historia de 20 años y vamos por más.
¿Qué lectura tiene de la falta de recursos para operar en la Asamblea Constituyente?
—Que yo creo que el Congreso de la Unión, del cual yo formo parte, puso una cláusula de que ningún constituyente podía recibir recursos y que se trabajaría con el principio de austeridad. Austeridad no quiere decir “sin nada de recursos”. Estamos por nombrar los órganos administrativos de la Asamblea, para que se puedan firmar convenios con otras instituciones. No somos un ente que ejecute gasto. Por lo tanto no podemos manejar presupuesto, por mandato constitucional, nuestras autoridades administrativas deben hacer convenios con el Senado, con la Cámara de Diputados, con el Gobierno de la CDMX, para que entre todos coadyuven.
Por ejemplo, servicios parlamentarios nos los presta la Cámara de Diputados, por convenio. Necesitamos que el Senado también nos preste estos servicios. Necesitamos un órgano de medios de Comunicación porque no hemos podido posicionar el contenido de la Constitución por carecer de comunicación social...
¿Y ahí qué van a hacer?
—Estamos buscando a algunos periodistas destacados para que acepten el reto. Nuestra dificultad es que mucha gente se sentiría muy honrada de cubrir ese papel, pero por tres meses no van a abandonar su trabajo. Estamos en un problema serio.
¿Esta falta de recursos no podría meter en una crisis al Constituyente, o ya están en crisis?
—Sí tenemos problemas. Ni para papelería hay. Cada quién solventa su comisión con sus propios recursos (...) Es un verdadero problema, ya llevamos mes y medio y hemos trabajado como se ha podido. Con un ánimo de la inmensa mayoría de los constituyentes por tener este documento en tiempo y forma. Me parece que hay algunos que no tienen trayectoria en la CDMX, y parecieran que van para tres años y no para tres meses…
¿Fue un error del Congreso no asignar estos recursos?
—Yo creo, porque estuve presente en esos debates, que se consideró un alto honor ser constituyente. Formar parte de la historia que dejará un documento para el hoy y para las nuevas generaciones. Como se consideró un alto honor, pues entonces era eso más que suficiente para tener el anhelo, el deseo, el empuje y todo el ánimo, que lo tenemos sin duda alguna. Hay de dos, los que van elegidos, muchos de ellos van sin recursos, y no pueden solventar los gastos.
No tuvimos la visión ni generosidad de darle a este órgano las condiciones mínimas de trabajo.
Es un documento complejo que requiere una revisión no sólo de nuestra Constitución federal, sino también de toda la normatividad internacional.
¿Y así se la llevarán?
—No. Queremos que ya la próxima semana podamos formalizar convenios, una vez que se renueven los órganos administrativos. Porque son ellos los que tendrían personalidad jurídica.
¿Aun con esos problemas lo van a lograr?
—Sí y es muy importante porque es un nuevo paradigma. Poner a las personas en el centro y que el Estado sea garante de sus derechos le da un giro de 180 grados. Lo vamos a ver en los debates. Hay ideología que dice que las instituciones del Estado son primero. Nosotros decimos que primero son las personas. Es un cambio de paradigma, es una figura diferente.
Incorporaremos el derecho a la renta básica. Se comenzará por los más pobres que, de acuerdo a los datos disponibles, se sabe dónde están, son 5.5% de los ingresos propios. Hay recursos para ello y cada año se aumentará su cobertura.
Otro derecho: el derecho al cuidado. De acuerdo a diagnósticos, 13% de hogares tienen al menos una persona con discapacidad, es decir, 20% de la gente está en soledad, abandono o discapacitada, que no puede mantenerse, entonces el Estado cuidará de estas personas. O el derecho a la ciudad, para que haya una ciudad para todos con buenos servicios.
Dolores Padierna Luna afirma que en esta Constitución todos los derechos serán exigibles, y serán justiciables, es decir, tendrán órganos para que el gobierno pueda otorgarlos.
Detalla que se crearán dos nuevas dependencias: la Defensoría del Pueblo, que aunque se quiere sustituir por la Comisión de Derechos Humanos de la CDMX, confía en que ambas subsistan, y un Tribunal, que recibirá las recomendaciones de las Defensoría. Buscan que la exigencia de esos derechos, tarden 20 días solamente.
Indica que hay jurisprudencia que señala que si la ley de la CDMX es más garantista, se aplica la ley local, y no la federal. Esto, afirma la senadora de la República, ya se los han confirmado ex ministras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como Olga Sánchez Cordero y que son constituyentes “y nos han dado la razón”.
¿Le van a hacer cambios al proyecto de Mancera?
—Desde luego que es un proyecto. Y va a sufrir algunos cambios. Estamos en la idea de convencer a la mayoría de que este documento vale la pena en su núcleo. Es decir, que se preserve esta Constitución, cual nos fue entregada, lo cual no quiere decir que no se van a hacer cambios (...) le vamos a poner un lenguaje más claro.
Nos han propuesto más cambios que me parecen razonables y tendremos que hacer eco a favor de la Ciudad. Por ejemplo, nos dicen que no podemos desaparecer la CDHDF, que en el proyecto se transforma en la Defensoría del Pueblo. Porque las comisiones, nos dicen, tienen más peso moral en sus resoluciones.
Estamos buscando que la Defensoría del Pueblo quede, preservar la CDHDF, y tal vez modificar lo que hoy es la Procuraduría Social, y convertirla en la Defensoría.
Temas polémicos
Senadora, ¿cómo percibe el tema de la prostitución?
—Lo queremos quitar y borrar de este documento. Yo sé que hay algunas compañeras de altísima autoridad y estudios que lo propusieron, pero la inmensa mayoría —yo me considero feminista— no está de acuerdo en considerar a la prostitución como algo voluntario. Es un asunto de violencia contra las mujeres, hacia la persona, que cuando una persona lo hace es porque de plano está en una situación de violencia extrema. Eso no lo podemos considerar un derecho, ¡por Dios! No podemos considerarlo como un empleo, lo vamos a sacar definitivamente.
¿Cómo quedarán las alcaldías?
—Vamos a dejar unas alcaldías muy fuertes, que le sirvan realmente a la ciudadanía. Por ser órganos colegiados, por ser electos, pero también tenemos un mandato de que la Hacienda pública está centralizada y es única. Es muy lógico, y así debe ser, pero a las alcaldías se les da la posibilidad de tener recursos propios, autogenerados, un financiamiento adicional. En cuanto a la policía, la va a tener el gobierno central, pero un policía podrá negarse a reprimir a un ciudadano, a pesar de que le ordenen ello, porque es un principio pro persona.
El tiempo es corto, ¿cómo van a hacer para avalar?
—Estamos contra el tiempo. También en eso el decreto es muy limitativo. Nos dieron cuatro meses, como si fueran enchiladas, y mire que a mi me cuesta mucho hacer enchiladas. Cuatro meses es insuficiente pero es un mandato constitucional, no podemos rebasar un día el tiempo. En noviembre arranca en comisiones el trabajo para presentar el último día ocho dictámenes, uno por comisión. Ya armonizado pasará el dictamen al pleno. Los debates en el pleno serán en diciembre y enero a morir.
¿Los faltistas?
—Hay de todo. Hay quienes tienen su trabajo, porque aquí no perciben sueldo. Les hemos pedido que soliciten permiso o vacaciones cuando se requiera. Muchos hacen el gran esfuerzo, y muchos intentan cumplir con la doble función que tenemos los legisladores. Cuando sí no podemos faltar es en el trabajo de comisiones.
Con todos los obstáculos que hay, ¿confía en que lograrán sacar la Constitución?
—Sí. Confío en la alta responsabilidad que nos otorgó la ciudadanía. De tal manera que nos dieron un mandato… si estamos aquí es porque podemos.