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Los habitantes de la colonia San Miguel Teotongo, sección La Joya en la delegación Iztapalapa, están acostumbrados a todo, hay “chavos banda” y pandillas que con frecuencia se lían a golpes cuando los fines de semana llega un grupo sonidero, en los 15 años de alguna vecina o en cualquier fiesta. Los robos están a la orden del día. Incluso los taxistas la piensan para hacer un recorrido, si alguien no es del sector no entra.
La zona es conocida también como El Hoyo, una serte de favela brasileña donde las calles son diminutas y cerradas. Las casas humildes se protegen con lo que pueden, ventanas con herrería reforzada, botellas rotas sobre las bardas y portones con picos; sin embargo, enterarse de que tres menores de edad asesinaron a una madre y su hija de apenas 14 años los impactó y les sembró el miedo, pues ahora, dicen, no hay que cuidarse de los vándalos, sino también de los niños.
Vecinos de la Segunda Cerrada de Ramos Millán y Diego Rivera, donde ocurrió el doble homicidio, señalan que la pobreza y la falta de atención de los padres es la responsable de toda la desgracia en el lugar.
Vecinos señalan a El Tomy como el presunto responsable y autor intelectual de todo.
“Hasta donde sabemos, él vivía en ese mismo lugar, rentaba por ahí, por eso conocía la casa y a esa familia, creo el papá es mecánico, no había muchas cosas que robar. Algunos dicen que estaba celoso porque salía o quería salir con la niña, la verdad, no sabemos qué pasó”.
“Lo que sí es que tenemos miedo, si se da cuenta ya no hay niños en la calle porque los papás tenemos miedo que otra cosa así pase”, cuenta Margarita, una vecina que reveló que el día de los hechos no escuchó gritos de auxilio ni nada.
Explican que a sorpresa se la llevaron el día que los policías ingresaron al domicilio de los presuntos niños asesinos, pero que aún así, nunca se imaginaron el nivel del crimen que habían cometido, “pensamos que era por una bronca, un robo”, comentó otra de las vecinas.
Padres de familia dicen que desde siempre han solicitado la intervención de las autoridades por el consumo de activo en toda la zona, cervezas y de mariguana pero que nunca les han hecho caso, “es una desgracia, pero a ver si ahora sí nos voltean a ver”, advierten.