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El hartazgo de los comerciantes establecidos sobre la calle Bucareli en la zona centro, donde nuevamente un contingente de maestros de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) anunció un plantón permanente, es evidente. Ya no los quieren ver en ese lugar pues la ventas bajan considerablemente.

Además, aseguran que cada que un campamento similar se instala en el área, la basura, los malos olores y “situaciones incomodas” se registran en todo el lugar, lo peor del caso es que los propios comerciantes tienen que pagar para que se limpie, para que el sector no huela a orines y además, les tiene que dar acceso de buena manera al agua, los baños y lo que quieran o de lo contrario se ponen agresivos.

Ramiro Cortés por ejemplo, durante el último plantón del año pasado, perdió su empleo como mesero en una fonda frente a la Secretaría de Gobernación, ya que las ventas eran bajas y el propietario tuvo que recortar al personal, después de buscar trabajo por más de tres meses, regreso al mismo punto, teme que se repita.

“Otra vez no, ya hemos pasado por esto por muchos años y siempre es lo mismo, los afectados somos nosotros porque con toda esa gente aquí los clientes no vienen, huele feo y en las noches simplemente les da miedo, yo perdí el trabajo el año pasado y fue difícil volver a encontrar, ahora no quiero pasar por lo mismo otra vez, alguien les debe de decir que esta mal lo que hacen o simplemente que los corran”, comentó el temeroso mesero.

El año pasado, después de permanecer casi ocho meses en el mismo lugar, tres negocios del sector se vieron en la necesidad de cerrar sus puertas ya que los propietarios con las ventas del día no pudieron mantener la nómina, por lo que poco más de 100 personas perdieron de manera temporal sus empleos, situación que no quieren que se vuelva a repetir, pues indicaron que las autoridades prometieron ayudarlos económicamente y no respondieron.

“Es otra vez lo mismo, si el problema es en otros lugares pues que se vayan allá a reclamar y a protestar, nosotros que culpa tenemos de eso. Pensamos que se habían calmado las cosas y vemos que no es igual, luego se acercan las autoridades del gobierno capitalino y dicen que aguantemos, que nos van a enviar apoyos y al final del día, nadie se hace responsable”.

“No les puedo decir que me esperen, que no voy a pagar la renta este mes por el plantón. Los maestros deben entender esa situación y la autoridad también. O los meten en cintura o los desalojan porque si no hacen nada aquí se quedan eternamente”, comentó José Luis Hinojosa, propietario de un bar ubicado cerca de la Segob.

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