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Los contaminantes atmosféricos contribuyen al desarrollo de enfermedades pulmonares obstructivas similares a las que provoca el tabaquismo; la exposición continua a este tipo de emisiones puede incrementar 10% la probabilidad de desarrollar cáncer de pulmón, advirtió Horacio Riojas , director del Área de Salud Ambiental del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).

En entrevista con EL UNIVERSAL, el experto explicó que las probabilidades de desarrollar cáncer de pulmón dependen de las condiciones individuales, del tiempo que la persona haya vivido en una ciudad, así como a los niveles de concentraciones contaminantes a las que haya estado expuesta.

Ante el incremento de los niveles de contaminación atmosférica que han prevalecido en las últimas semanas en la zona Metropolitana, Riojas hizo un llamado a la población a seguir las recomendaciones de las autoridades y a colaborar para reducir los niveles de polución, explicó que los contaminantes atmosféricos tienen efectos agudos y crónicos en la salud.

Entre los efectos agudos están la irritación de ojos, dolor de cabeza o predisposición a infecciones respiratorias; sin embargo, entre los efectos crónicos se ha encontrado relación entre el efecto de los contaminantes en el desarrollo pulmonar de los niños: “En la medida en que los niños están expuestos a concentraciones elevadas de contaminantes de manera crónica no pueden complementar cabalmente su desarrollo pulmonar y también en los adultos pueden ayudar a que se desarrollen enfermedades pulmonares crónicas”.

Los niños con asma tienen más posibilidades de caer en una crisis cuando hay contingencia ambiental, pues “el riesgo de que vayan a urgencias cuando hay periodos como éste se incrementa entre 20% y 40%”, afirmó.

En cuanto a grupos vulnerables como las mujeres en gestación y personas de la tercera edad, explicó que corren riesgo de sufrir complicaciones: “En las embarazadas disminuyen la cantidad de oxígeno que llega al feto y eso puede provocar efectos en su desarrollo; en los adultos mayores, sobre todo los que tienen enfermedades pulmonares o cardiacas, muchos de ellos incluso pueden complicarse y llevarlos a la muerte”.

Añadió que actualmente está en estudio la asociación entre los contaminantes y el desarrollo de algunas enfermedades cerebrovasculares como derrames. “Todavía no es seguro, pero está en estudio”, aclaró.

El pasado 14 de marzo la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) activó la Fase 1 de Contingencia Ambiental, la primera en 14 años, la cual se mantuvo hasta el jueves 17 de marzo. El presidente de la República, Enrique Peña Nieto, dio la instrucción a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales para que a la brevedad estableciera una norma emergente de verificación vehicular y actualizar el Programa de Contingencias Ambientales e instruyó a ser más “audaces y determinantes” contra la contaminación.

El director del Área de Salud Ambiental del INSP llamó a la población a seguir las recomendaciones para que en la medida de lo posible sean parte de la solución al reducir el uso del automóvil; reconoció que el Hoy No Circula no soluciona el problema.

“Hay que hablar de estos efectos a la salud y sobre todo decir que hay poblaciones especialmente susceptibles, que pueden ser sus hijos o los adultos mayores, también se entiende que estén molestos porque efectivamente el Hoy No Circula no va a resolver todo el problema de la contaminación del aire y se requieren medidas de mediano y largo plazos, como el mejoramiento del transporte público”, puntualizó.

De acuerdo con el Programa de Vigilancia Epidemiológica y Ambiental de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) existe una relación directa de alrededor de 22 mil muertes al año asociadas con la mala calidad del aire.

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