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estados@eluniversal.com.mx
Por la calle del Arrastradero, los muros del Seminario Conciliar San José impiden percibir la cancha de tenis profesional que ordenó construir el obispo Ramón Castro Castro para su disfrute y el de los sacerdotes en formación.
Sin embargo, los gastos de construcción, las modificaciones al uso de suelo, el tiempo de trabajo y el origen de los recursos son desconocidos por la grey católica, pues la iglesia no paga licencias de construcción al ayuntamiento de Cuernavaca.
Para realizar modificaciones en sus propiedades basta con enterar al Comisariado Comunal de Ocotepec, poblado indígena 100% católico y en donde se localiza el seminario.
Eduardo Molina Avilés, secretario de Desarrollo Sustentable en Cuernavaca, afirmó que tras una búsqueda en los archivos de la dependencia sobre los trabajos de rehabilitación, modificación o ampliación en edificios o casas-habitación de la Diócesis de Cuernavaca, no se encontraron datos, por lo que remitió el caso al comisario de Bienes Comunales en Ocotepec.
El comisario Fermín Trejo informó que las mil 87 hectáreas que tiene el poblado son comunales, y eso incluye al seminario, esto significa que el predio es de la comunidad aunque las autoridades eclesiásticas hayan recibido constancia de posesión.
En esta comunidad cualquier empresa que pretenda construir debe presentar su propuesta para que sea discutida y aprobada por la asamblea general de comuneros. No hay un ápice de tierra catalogado como pequeña propiedad; históricamente la asamblea ha negado esas peticiones.
Según el líder comunal, cuando la iglesia decidió construir el seminario acudió con las autoridades y se fijaron varios compromisos para dar en posesión las tierras; sin embargo, éstos no se han cumplido.
En un inicio se había acordado que el seminario brindaría algún servicio si la comunidad lo requería, “pero a veces es un poquito complicado por los tiempos... más allá de eso no tenemos otro compromiso.
—¿Les avisaron sobre la construcción de la cancha de tenis?
—Se han hecho varias construcciones; cuando levantaron la barda que da a la calle nos notificaron. Igual extendemos licencias de construcción y de cobros, pero a ellos no se los hacemos, aunque sí notifican.
“No hacemos cobros porque ahí forman sacerdotes”, dijo.
Como profesionales. La casa de formación de futuros sacerdotes se encuentra sobre la calle del Arrastradero y tiene una superficie territorial de aproximadamente 30 mil metros cuadrados, de acuerdo con datos de los bienes comunales de Ocotepec.
Al fondo del Seminario San José, catalogada como “alma y corazón de la Diócesis”, se localiza la cancha de tenis cuyo costo de construcción fue de unos 980 mil pesos, según calculó Daniel Espina, especialista en presupuestos y costos de edificación y ex presidente del Colegio de Ingenieros en el estado.
Se trata de una cancha con medidas y espacios profesionales para jugar sobre arcilla, con características similares a las canchas donde se disputa el famoso torneo de Roland Garros, uno de los cuatro Grand Slam de la Asociación de Tenistas Profesionales.
Una cancha de tenis profesional tiene 23 metros de longitud y una anchura de ocho a 10 metros, varía si se trata de un partido individual o dobles. Además, necesita espacio adicional a los lados y al fondo para alcanzar pelotas en juego: 3.65 y 6.40 metros, respectivamente.
La red divisoria debe encontrarse a una altura de 91.4 centímetros al centro y 107 centímetros en los postes. La pista está dividida en dos lados, uno para cada jugador o pareja. Además de dos espacios para el saque.
Daniel Espina afirma que para su estimación de la obra consideró la obra civil, como la barda perimetral, la cerca y la albañilería de acceso.
Detalla que para adecuar el terreno y construir la cancha se requirió que interviniera maquinaria pesada y personal obrero, en combinación, para modificar una superficie de 700 metros, aproximadamente.
De acuerdo con su experiencia, ese tipo de construcciones se realizan con materiales de relleno, así como una base de tepetate tezontle y una capa de arcilla especial. En la estimación también consideró el mobiliario y las bardas perimetrales.
Ese modelo de obras, agregó el especialista, se realizan en unos 45 días, pero además se tienen que pagar entre 100 y 150 mil pesos en licencias de construcción, las cuales consideran el cambio de uso de suelo; sin embargo, la iglesia es exonerada de pagar este último permiso.
“Todos la usamos”. La existencia de la cancha de tenis en el seminario era desconocida hasta hace una semana, cuando comenzaron a circular dos fotografías del espacio deportivo. Posteriormente el obispo Ramón Castro reconoció que la edificación comenzó en 2014 y concluyó este mes; detalló que es para el seminario y los seminaristas, pero él también la usa. “Todos la usamos”, justificó.
La edificación de la cancha se conoció después de que el obispo abrió un frente político contra el gobernador Graco Ramírez Abreu, con el apoyo de políticos y académicos que aspiran a la gobernatura y trazan una estrategia para formar un “grupo contra la impunidad en Morelos”.
Éste comenzó a disolverse la semana pasada porque a la segunda convocatoria lanzada por el prelado, en la Catedral de Cuernavaca, sólo acudieron tres del grupo original (12). El año pasado Castro Castro también prestó las instalaciones del centro religioso para que agrupaciones sociales formaran el Frente Amplio Morelense y organizaran marchas contra la inseguridad pública.
A finales de 2016 también abrió sus puertas para que el alcalde de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco, realizara una huelga de hambre. Pese a estos hechos, el obispo insiste en que no realiza activismo político.