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Pachuca.— Lo que inició como un juego de futbol llanero en la cancha Satélite del ejido de Zapotlán Medias Tierras, del municipio de Tulancingo en Hidalgo, terminó en tragedia, luego de que un jugador mató de un “cabezazo” al árbitro que le marcó una falta y pretendía expulsarlo del terreno de juego.
Cerca de las 10:40 horas de ayer, se enfrentaban los equipos Canarios y Lindavista, ambos de la liga de Tulancingo, cuando uno de los jugadores identificado por las iniciales R.R.V cometió una falta a un jugador del equipo rival, por lo que el árbitro mostró una tarjeta roja de expulsión, lo que enojó al futbolista.
Entre gritos de protesta y palabras altisonantes, el hombre propinó un golpe al árbitro Víctor Trejo, de 59 años, quien cayó al suelo inconsciente, por lo que se solicitó el apoyo de la Cruz Roja, pero al ser atendido por paramédicos ya no tenía signos vitales.
Se informó que el árbitro presentó un emergencia neurológica devastadora provocada por una hemorragia conocida técnicamente como hematoma subacranoideo generalizado causado por traumatismo craneoencefálico.
Al conocerse la noticia a través de un reporte al C4, elementos de la policía municipal acudieron a la cancha para verificar los hechos, pero sólo pudieron tomar declaración de los testigos.
Personas que se encontraban en la cancha, entre ellos el hijo y el hermano del árbitro, dijeron que luego de que paramédicos confirmaron la muerte de Trejo se inició una riña entre los jugadores de ambos equipos, momento que el agresor aprovechó para darse a la fuga. Ante ello, elementos de las policías estatal, investigadora y de la municipal iniciaron un operativo de búsqueda del agresor.
“Estamos expuestos”. Alejandro Monzalvo, del Colegio de Árbitros de Pachuca, acusó que en pocos lugares hay garantías para que puedan desarrollar su trabajo: “Si un jugador te va a soltar un golpe, te lo suelta, no hay manera de detenerlos y de eso estamos conscientes”.
Lamentó que por un salario de entre 350 y 500 pesos, según la liga y la categoría, estén expuestos a todo tipo de agresiones, como insultos, golpes y hasta perder la vida: “Ningún compañero con lo que le pagan puede curarse un mal golpe que nos den, sin embargo, tenemos la necesidad de silbar porque de ahí comen nuestros hijos”.