Maximiliano Gordillo Martínez, de 17 años de edad, desaparecido desde el 7 de mayo pasado, cuando fue detenido por agentes del INM, en la garita de Chablé, Tabasco, fue localizado en las recientes horas, informó el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, La 72 Hogar Refugio para Personas Migrantes y Voces Mesoamericanas.

En un comunicado dice que el menor de edad, ya se encuentra con sus padres, en la comunidad Tzinil, del municipio de Socoltenango, ubicado en los límites de Tzimol y Comitán de Domínguez.

En el escrito titulado: “¡Maximiliano ya está con nosotros, con nosotras!”, da a conocer que el joven fue localizado el pasado 29 de agosto, pero no da detalles del lugar donde fue hallado, mucho menos en dónde permaneció y su estado de salud.

Maximiliano fue detenido en la noche del 7 de mayo, cuando se dirigía a buscar trabajo a Playa del Carmen, Quintana Roo, acompañado por otros jóvenes de su comunidad.

El joven salió de su comunidad, como lo hicieron otros muchachos que se dirigieron hacia el estado de Veracruz, para trabajar en los campos agrícolas.

Cuando Maximiliano fue detenido, los agentes del INM le pidieron que entregara la credencia de elector, pero dijo que solo llevaba una copia de la Clave Única de Registro de Población (CURP), por lo que fue bajado del camión y encerrado en la garita junto con otros inmigrantes de origen centroamericano.

Las organizaciones civiles de derechos humanos “que acompañamos a la familia de Maximiliano Gordillo Martínez en su proceso de búsqueda y exigencia de investigación, informamos que el pasado lunes 29 de agosto del año en curso fue localizado Maximiliano y que se encuentra con nosotros, con nosotras”, dicen.

Explican que “desde su detención por parte de agentes federales del Instituto Nacional de Migración (INM), el pasado 7 de mayo de 2016 en la caseta de revisión migratoria de Chablé, Tabasco, hasta el día de su localización, Maximiliano sufrió delitos y graves violaciones a sus derechos humanos, responsabilidad del Estado mexicano”.

La familia del joven, vive “un proceso de fortalecimiento emocional y espiritual, y que se continúa el trabajo de documentación y análisis del caso para definir los términos del seguimiento. De ello se informará a su debido tiempo. Por ello, solicitamos su sensibilidad y respeto a los procesos de sanación y fortalecimiento, como formas concretas de expresar la solidaridad”.

Agregan que lo que vivió Maximiliano “nos revela la magnitud de la violencia estructural, institucional y social que sufren las personas mexicanas y provenientes de otros países, durante sus traslados y destinos migratorios al interior de nuestro país. Pero también nos recuerda que la exigencia y realización de la verdad, la justicia y la reparación integral implican a una sociedad civil consciente y movilizada”.

A las familias de miles de desaparecidos en México, los animan “a no desfallecer ante la insensibilidad e ineficacia de los mecanismos de administración y procuración de la justicia, y la impunidad que perpetúa las violaciones a los derechos humanos. Nos unimos a ellas y ellos para alentar su esperanza en los procesos de organización colectiva y lucha por la verdad y la justicia”.

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