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Oaxaca
Desde pequeña se dio cuenta que tenía una orientación sexual distinta. Sus padres y sus dos hermanas aceptaron su identidad de género, pero no la sociedad.
“Hay demasiada discriminación y más aún en Oaxaca. No entiendo por qué no pueden consentir que exista gente distinta”, dice Melissa, quien tuvo que acudir a la Ciudad de México para formalizar su cambio de sexo y su nombre de masculino a femenino.
Hoy es la primera abogada transgénero en la entidad y muestra con orgullo su título de licenciada en Derecho, así como su cédula profesional.
“En absoluto tengo problemas con mi profesión; ya me conocen en los juzgados y en las cárceles; litigo de manera independiente para todos y cualquier tema”, cuenta la mujer que nació como varón en Santiago Jamiltepec, municipio de la región Costa del estado.
En 2009 fue también la primera funcionaria transgénero del gobierno estatal, en el Consejo Estatal para la Prevención y Control del Sida (Coesida), cargo que expone con orgullo.
Larga batalla. Vestido negro escotado. Collar plateado, llamativo. Piel morena, de costeña; pelo lacio, gruesos labios, uñas de colores y 1.83 de estatura. Así luce en la entrevista.
Melissa Mijangos Boijseauneau logró los documentos que la acreditan como abogada por la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca; este año la SEP le extendió el número de cédula profesional 9790928.
Sin embargo, obtener el documento oficial no fue fácil, pues desde hace ocho años había culminado sus estudios inscrita como varón. Para que la reconocieran oficialmente tuvo que acudir a la Ciudad de México para tramitar su cambio de género y los documentos oficiales respectivos que la reconocen como mujer.
“Esto es un logro histórico debido a que soy la primera integrante de la comunidad lésbico-gay en Oaxaca que accede a este beneficio legal que permitirá tener una mejor participación dentro de la sociedad”, expresa.
Lamenta, no obstante, que en el estado aún no se reconozca a las personas transgénero ni puedan realizar su cambio de identidad. Por ello, integrantes de su colectivo “Conquistando corazones” presentó una iniciativa de ley ante el Congreso del Estado.
Atraso legal. El 5 de febrero de 2015 se publicó en la gaceta oficial las reformas al Código Civil del entonces Distrito Federal, así como al Código de Procedimientos Civiles. En éstas se dio el reconocimiento oficial a la identidad de género de los ciudadanos trans.
Los artículos del Código Civil reformados son el 35, 134, 135, 135 Bis, 137, 138 y 138 Bis, y se adicionaron los artículos 135 Ter, 135 Quater y 135 Quintus.
En el artículo 35 fracción IX se establece que los jueces del registro civil serán los responsables del “levantamiento de una nueva acta de nacimiento para el reconocimiento de identidad de género, previa la anotación correspondiente al acta de nacimiento primigenia”.
Con ello se eliminó el pago de peritajes particulares —que eran responsabilidad del hombre o mujer trans— y se descartó también el requisito de contar con una cirugía de reasignación sexo-genérica para convertirlo en un trámite administrativo.
En Oaxaca apenas en julio la asociación civil “Conquistando corazones”, que encabeza Melissa, presentó ante la 62 Legislatura una iniciativa similar, a fin de reformar las normas de la entidad, además de solicitar que se permita el matrimonio igualitario.
Polémica latente. Melissa realizó sus trámites respectivos en la capital del país para obtener su nueva acta de nacimiento y su credencial de elector. Posterior a ello obtuvo su título y cédula profesional.
—¿Persiste la polémica por el matrimonio gay?
—Hay una gran controversia y contradicción porque se supone que en la familia hay valores, respeto; debe haber amor, tolerancia, y lo que hace con este tipo de acciones el Frente Nacional por la Familia y la iglesia católica es provocar, porque somos personas como cualquier otra.
—¿También en Oaxaca hay intolerancia?
—Hay mucha gente intolerante y como muestra son las marchas de provocación que están en contra de los matrimonios entre personas del mismo sexo; lo que se necesita hacer es respetar, no mezclar la iglesia con los derechos.
—¿En tu familia hubo discriminación?
—Mi familia siempre me ha apoyado, han sido la base de todo para mí.
—¿A qué edad tomaste la determinación de cambiar de género?
—A los 20 y no me arrepiento.
—Si se diera el caso de adoptar niños, ¿lo harías?
—La verdad no, no está en mis planes ni casarme ni tener un bebé , por ahora, quizá más adelante sí. Claro que es un derecho que debemos tener aunque no nos queramos casar y tenemos que luchar por ello.
—¿Se puede saber tu edad?
—¡Eso no se pregunta a las mujeres!...