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Cuernavaca.— Por la carretera Huitizilac-México, en una cima serpenteada, el conductor de una camioneta particular sólo vio cuando una suburban invadió el carril izquierdo y se impactó de frente contra su vehículo. En ella viajaba el secretario Técnico del ayuntamiento de Cuernavaca, José Manuel Sanz Rivera.
“Me pasó a llevar con todo y fue un golpe durísimo”, dice el veterinario Alejandro Martínez Hernández, conductor de la camioneta Chevrolet-Captiva, cuyo percance ocurrido la tarde del lunes 8 de agosto le provocó fractura expuesta de tibia y peroné.
Dos personas lo auxiliaron y lo colocaron a un costado de la carretera federal, a la altura del kilómetro 64.5, en el tramo correspondiente al poblado de Montecasino, municipio de Huitzilac, parte norte del estado.
Dos escoltas que viajaban en una segunda camioneta del ayuntamiento y que custodiaban a Sanz Rivera, brazo fuerte del alcalde Cuauhtémoc Blanco, bajaron de su vehículo para auxiliar al secretario técnico y llevarlo a un hospital privado, pero nada hicieron por Alejandro Martínez.
Cuando salieron del vehículo impactado los guardaespaldas se dirigieron hacia el veterinario para culparlo del siniestro. Iban con sus armas de cargo en mano cuando le espetaron: “Eres un pendejo, tú tuviste la culpa”.
El veterinario narra que las dos personas que le ayudaron a salir del vehículo y lo colocaron a lado del asfalto tranquilizaron a los guaruras mientras esperaban el arribo de la ambulancia, que llegó unos 40 minutos después.
Antes de que llegara la unidad, Alejandro Martínez escuchó a los escoltas municipales cuando platicaban que en realidad eran tres camionetas del ayuntamiento que regresaban de una reunión en el municipio de Huitzilac. En la primera viajaba el alcalde Cuauhtémoc Blanco, pero como se había adelantado querían alcanzarlo y comenzaron a rebasar.
Una vez que llegó la ambulancia uno de los escoltas municipales intentó subirse al vehículo de auxilio, pero no lo dejaron; una amiga del veterinario lo acompañó, pero también subió un policía del Mando Único y desde ahí fue custodiado para evitar su fuga. El elemento policial lo vigiló hasta que ingresó a la sala de cirugía.
Dos testigos de los hechos dijeron a Alejandro que la caravana del ayuntamiento descendía por la carretera con exceso de velocidad y uno de ellos incluso dijo que los tripulantes del vehículo oficial traían aliento alcohólico.
Hecho provocado: ayuntamiento. La noche del percance, el secretario del ayuntamiento de Cuernavaca, Guillermo Arroyo, adelantó que pedirían a la Fiscalía General del Estado investigar los hechos “porque tampoco podemos descartar que esto haya sido provocado”, afirmó tras visitar a los funcionarios lesionados.
Con José Manuel Sanz viajaban dos escoltas y el empresario de medios de comunicación Juan José Arrese, quien también tuvo fracturas en un pie.
De acuerdo con el secretario municipal, el equipo de Cuauhtémoc Blanco venía de una reunión en el municipio de Hutzilac, parte alta de Morelos, cuando sucedió el percance en una curva del poblado de Montecasino.
—¿[Los escoltas] venían en estado de ebriedad?, le preguntaron.
“De ninguna manea, ninguno de ellos, y menos los escoltas que son los que conducen los vehículos”, respondió el presidente municipal.
El señalamiento de un presunto impacto intencional asusta a Alejandro Martínez, quien dice que hasta el jueves pasado los funcionarios del ayuntamiento no habían ido a declarar.
“Lo único que pido es que las cosas se hagan legalmente como deben de ser y que me indemnicen por el tiempo que no voy a poder trabajar, ya que yo trabajo con caballos, vivo al día. Ahorita tengo que invertir en medicamentos, vendas, gasas para la curación, taxi para ir a la consulta... todo eso sí me está costando un poquito de trabajo y, bueno, que me indemnicen por el tiempo que no voy a trabajar”, declaró Alejandro.
Agregó que cuando estaba en su cama del hospital vio que Blanco abrió la cortina y la cerró enseguida. “Nunca me preguntó cómo estas o en qué te podemos ayudar”, contó.