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Piedras Negras.— La caravana de tres camionetas venía desde Oklahoma, Estados Unidos, y traía una carga valiosa: más de un centenar y medio de mochilas repletas de útiles escolares y artículos de higiene para niños de bajos recursos de Coahuila, donados por miembros de la iglesia Stepping On Waters (Caminando o Pisando sobre las Aguas).

Pero los ansiados regalos del programa Navidad en Julio no llegaron a su destino porque en el puente Internacional II de Piedras Negras, Coahuila, agentes de la Policía Fiscal del Sistema de Administración Tributaria (SAT) los decomisaron y destruyeron.

“[Los pisoteraron] hasta que se cansaron de reírse y burlarse”, relató Óscar Sosa, pastor de la Iglesia Evangélica Comunidad de Cristo de los municipios de Allende y Zaragoza. También les incautaron los vehículos y los multaron con casi 5 mil dólares.

“Cometieron una serie de abusos, barbaridades, atropellos; violaron sus derechos humanos y lo que quedó no se los regresaron”, aseguró.

El sábado 23 de julio, a unos cuantos kilómetros de ahí en una iglesia evangélica del municipio de Allende, una enorme fila de pequeños de 4 a 12 años de edad, algunos de ellos de orfanatos, sonreían felices mientras recibían un papelito con un número.

Faltaba como media hora para que llegaran sus regalos. “En un ratito más” iban a canjear el boleto por los materiales para su regreso a clases, les aseguraba el ministro.

Cada mochila escolar venía llena de cuadernos, libretas, lápices, plumas, colores, muchos crayones, resistol, una calculadora y todo lo que necesitarían para volver a la escuela al término de las vacaciones.

Sin embargo, los chicos se quedaron esperando horas porque la policía fiscal intervino sus obsequios.

Impiden el paso. Sosa Espinoza relató a EL UNIVERSAL que al frente de la caravana venía el pastor del ministerio, Mark Cole, de la iglesia de Bixby, en Oklahoma, y nunca habían tenido problemas en años pasados.

Hace 21 años que este grupo de samaritanos norteamericanos, la mayoría de entre 70 y 84 años, vienen en julio y diciembre a repartir obsequios a menores de escasos recursos.

Esta vez no pudieron cruzar la frontera y llegar a Allende, en la región de los Cinco Manantiales, porque los fiscales —unos seis o siete— les prohibieron el paso, “los trataron peor que si fueran delincuentes, porque con los hampones ni se meten”, afirmó el ministro religioso.

Este grupo de evangélicos venden comidas, artículos diversos en bazares y realizan una serie de actividades para recaudar fondos y con ese dinero compran materiales escolares y juguetes para regalar en Coahuila y a otros estados del país.

Aunque los visitantes mostraron a los aduanales la lista de los artículos que venían en las mochilas y les explicaron a donde los llevaban, estos les pusieron de pretexto que “son repetitivos”, que no habían pagado impuestos de importación y les impidieron entrar a México, relató.

Les dijeron que no les iban a regresar nada, que toda la mercancía la mandarían a la Ciudad de México y allá en el SAT la van a subastar, “que le hicieran como quisieran, y volvieron a burlarse sin consideración alguna.

“Les quitaron dos de las tres camionetas; sólo dejaron ir una vagoneta donde venían 15 adultos mayores. A media docena de ellos los encerraron en un cuarto en la aduana durante 17 horas, desde el sábado hasta el domingo, y violaron sus derechos humanos”, agregó Sosa Espinoza.

Durante ese tiempo no les dieron agua ni de comer y les impusieron una multa de 81 mil 500 mil pesos, casi 5 mil dólares, para liberarles las camionetas. El martes en la tarde recuperaron las unidades, pero no los artículos escolares. Regresaron a Oklahoma ese mismo día.

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