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Lázaro Cárdenas.— El corredor costero Lázaro Cárdenas-Zihuatanejo se ha convertido en los últimos meses en una ruta peligrosa para el turista y para el comercio. Nadie entra ni sale sin ser vigilado por personas armadas a bordo de vehículos blindados y hasta en transporte del servicio público a las órdenes del crimen organizado, denuncian habitantes de esa zona costera, de quienes se omite su nombre por seguridad.
La violencia ha ido a la alza en ese tramo entre Michoacán y Guerrero. Ambas entidades comparten cárteles y violencia, según cifras oficiales, especialistas y autoridades.
Se trata de un tramo de 98 kilómetros que comprenden tres municipios, los cuales se recorren en una hora con 20 minutos en vehículo particular.
En el corredor se han iniciado 100 averiguaciones previas por homicidios dolosos en los últimos seis meses, contra los 62 asesinatos registrados en el mismo lapso de 2015.
De acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), Lázaro Cárdenas, en Michoacán, se ubica a la cabeza en homicidios dolosos de los tres municipios, con 50 casos, seguido de Zihuatanejo, con 41, y La Unión, con nueve; los dos últimos en Guerrero.
Sin embargo, la situación de violencia se observa en toda la región de Tierra Caliente: este fin de semana fueron ejecutados a tiros el presidente municipal de Pungarabato, Guerrero, Ambrosio Soto Duarte, y su chofer. También falleció un agresor y dos policías federales que custodiaban al edil resultaron lesionados.
“Es una región que lleva años en conflicto, por la multiplicidad de grupos criminales”, alerta Alejandro Hope, analista en seguridad pública.
Considera que los gobiernos de Guerrero y Michoacán no han invertido los recursos suficientes, mientras que el gobierno federal no tiene los medios suficientes. Explica que la violencia también está relacionada con la fragmentación de grupos delincuenciales, pues en la medida que captura a sus cabecillas se incrementa la disputa por el control del territorio.
Ayer, el procurador de Justicia, José Martín Godoy, admitió que de la pugna de grupos delincuenciales deriva la mayoría de los homicidios registrados en últimos meses. Señaló que en todo el estado hay presencia de éstos.
Las autoridades tienen identificados en este corredor a células de Los Viagras, Los Caballeros Templarios y Guerreros Unidos, entre otros, así como los subgrupos que han surgido tras la detención de líderes criminales.
Alejandro Hope considera que el crimen del alcalde de Pungarabato no es coincidencia al tratarse de estados con altos índices delincuenciales.
El edil iba de Huetamo, Michoacán, al municipio de Pungarabato, Guerrero, cuando lo emboscaron y le dieron muerte junto con su chofer.
De continuar las tendencias de homicidios, las ejecuciones este 2016 podrían alcanzar su máximo histórico de los últimos seis años, que en el caso de Zihuatanejo fue en 2011 con 114 ejecuciones y en el caso de Lázaro Cárdenas, 66 asesinatos en 2015.
Como referencia, de acuerdo con el último censo del Inegi, en 2015 Lázaro Cárdenas tenía una población de 183 mil 185 habitantes, mientras que Zihuatanejo, 124 mil 824.
Vivir con miedo. Nadie sabe su identidad. Sólo lo han escuchado nombrar como El Inge, y a decir de habitantes de la zona, es el nuevo jefe de plaza en los municipios de Guerrero, colindantes con Michoacán.
El Inge, presunto líder criminal de Guardia Guerrerense —brazo armado de Guerreros Unidos—, quedó al frente de esa región tras la captura en agosto de 2015 de Adrián Reyes Cadena, uno de los principales aliados de los hermanos Sierra Santana, Los Viagras.
Reyes Cadena, El Tigre, fue capturado en Ixtapa, Zihuatanejo, por elementos de la Marina, junto con Mariano Sierra El Negro, ambos acusados de delincuencia organizada y secuestro.
Apenas el 11 de julio fue detenido, de igual manera por fuerzas federales, en Zihuatanejo, Alberto Bravo Barragán El Gavilán, presunto jefe de plaza de Los Caballeros Templarios.
Los tres personajes fueron relacionados por las autoridades del estado de Guerrero y federales, con el secuestro y homicidio de Harry Devert El Trotamundos, motociclista estadounidense que pretendía atravesar el continente americano hasta llegar al Mundial del 2014 en Brasil.
Pero “aquí no se puede ni mencionar a esas personas, porque donde quiera tiene ojos y oídos y la gente puede terminar levantada y hasta desaparecida o muerta. Ya es insoportable esa situación porque vivimos con miedo”, dice un taxista.
Ese versión se encuentra lo mismo en Zihuatanejo, que en La Unión o Lázaro Cárdenas.
En La Unión el miedo persiste, pese al bajo índice de los tres municipios: en 2014 hubo 24 ejecuciones en todo el año y seis durante el primer semestre; en 2015 fueron 18 y nueve de enero a junio, mismo lapso en el se han cometido otras nueve, pero de este 2016.
No son sólo números fríos. A bordo de un vehículo, José recuerda que hace tiempo los obligaban a ser informantes de los criminales y que aunque ahora la delincuencia recluta puros jóvenes, no deja de ser un riesgo recorrer las carreteras de esa región, incluso para los turistas.
La Unión, municipio ubicado sobre la carretera costera Lázaro Cárdenas-Petatlán, es un paso obligado para quienes buscan en Zihuatanejo un destino turístico, aunque también es uno de los puntos donde se suscitaron más asaltos a autobuses de pasajeros.
Tan sólo entre 2013 y 2015, hubo 68 asaltos carreteros con violencia a camiones de diferentes líneas.
A pesar del anuncio de los operativos para Michoacán y Guerrero, incluido el de Tierra Caliente, en el que participan autoridades federales, estatales y municipales, en un recorrido por ese corredor no se observó la presencia policiaca.