Enrique Peña Nieto “sin duda no es papá, o es papá de hijos ajenos; le vale un cacahuate lo que les pase”, decía el obispo de Aguascalientes, José María de la Torre en su llamado a los feligreses para que salieran a votar el 5 de junio.
El mensaje de la carta pastoral está fechado el 17 de mayo de este año, mismo día en que el Presidente presentó la iniciativa de ley para que en la Constitución se reconozcan los matrimonios igualitarios y la adopción para parejas del mismo sexo.
Ese fue el inicio en el que obispos y arzobispos comenzaron a movilizarse; se erigieron en autoridad moral y pidieron castigar en las urnas al Revolucionario Institucional, en un país donde 82.9% se declaraba católico en 2010, según el Inegi.
Algunos muy abiertamente, otros de forma velada, pero los representantes de la Iglesia católica en los 13 estados donde se realizaron elecciones el 5 de junio exhortaron a los feligreses a acudir a votar y optar por quienes garantizaran el bien común.
Cada uno imprimió su sello y si bien, hasta el 3 de junio el clero —a través de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM)— pareció dar línea a los curas con su mensaje a los fieles a emitir un voto razonado e informado, en beneficio del bien común, al considerar los principios de la Iglesia, desde el 17 de mayo inició la ofensiva contra la iniciativa presidencial.
Ese día, en un comunicado, dijo que era necesario estudiar a fondo las consecuencias de la medida, pues “las uniones de hecho o entre personas del mismo sexo, por ejemplo, no pueden equipararse sin más al matrimonio. Ninguna unión precaria o cerrada a la comunicación de la vida nos asegura el futuro de la sociedad”, acotó en referencia a la procreación.
El primero que inició una abierta oposición a la medida, aunque su estado no tenía elecciones, fue el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, quien el 21 de mayo encabezó la segunda Marcha por la Paz, que se convirtió en un reproche a los diputados que aprobaron el matrimonio entre personas del mismo sexo en Morelos.
“La paz se forma en la familia, los nuevos modelos nos parecen raquíticos; la iglesia no es homofóbica sólo nos desconciertan las decisiones desde el gobierno federal”, señaló.
El 24 de mayo, 12 días antes de las elecciones, la CEM fue más directa y convocó a los ciudadanos a defender la visión de la familia.
“Los invitamos a no dudar de la Palabra de Dios, que es la que nos hace conocer y participar de esta verdad en la persona de Cristo: Desde el amor ¡Sean firmes y exigentes en el respeto de todos a nuestra fe y visión cristiana católica sobre la familia!
“Padres de familia, vigilen para que en las instituciones del Estado, escuelas, hospitales y centros de salud, cámaras legislativas, instituciones de justicia, medios de comunicación masiva, se respete nuestro derecho a creer, proclamar y vivir nuestra propia visión”.
Desde entonces se comenzó a replicar el mensaje en templos, reuniones, conferencias o entrevistas.
El 5 de junio, el día de la jornada electoral, a través de la publicación semanal Desde la Fe, la Iglesia aseguró que los católicos estaban preocupados por la iniciativa de Peña Nieto, en la que se privilegian los caprichos homosexualistas y se trata a los niños —que podrían ser adoptados por parejas gay— como mascotas.
Retrato veracruzano
Ambos sonreían. Uno de los más importantes líderes de la Iglesia católica de Veracruz sostenía un encuentro con el candidato a la gubernatura de la alianza PAN-PRD, Miguel Ángel Yunes Linares.
Faltaban cinco días para la elección. El abanderado panista subió a sus redes sociales la imagen: el obispo emérito de la Arquidiócesis de Xalapa, Sergio Obeso Rivera, sonreía al lado del candidato opositor a PRI.
“¡Gracias a monseñor Sergio Obeso por la grata charla y el buen café de Coatepec! Es un veracruzano ejemplar”, escribió Yunes Linares y una andanada de comentarios aparecieron debajo de la imagen con uno de los más importantes guías morales del catolicismo en Veracruz.
Durante las semanas y días previos al encuentro, la jerarquía católica realizó manifestaciones para exigir al Congreso local y a su mayoría priísta la aprobación de una reforma constitucional para garantizar el “derecho a la vida desde la concepción”.
Incluso, el arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, encabezó una multitudinaria manifestación que culminó en la sede del Poder Legislativo para presionar a los diputados.
“Valores no negociables”
En sermones y hojas pastorales, el obispo de Aguascalientes, José María de la Torre Martín, tronó contra el matrimonio igualitario y la adopción para parejas gay.
En su carta pastoral con motivo de las elecciones para gobernador, ayuntamientos y diputados, el prelado dijo que “para un católico, hay valores no negociables, (...) la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer; la libertad de educación de los hijos y la promoción del bien común en todas sus formas”.
En el documento distribuido a los curas de la entidad, se hace mención a las dos iniciativas del presidente Peña Nieto y además de asegurar que el derecho de los niños “le vale un cacahuate”, señaló que “la familia nace del compromiso conyugal. El matrimonio es un voto, en el que un hombre y una mujer libremente hacen donación de sí mismos y se comprometen a la procreación”.
El jerarca católico, a la hora de ir a votar, pidió palomear entre las opciones [candidatos] la propuesta si “éste defiende la vida, éste defiende la familia, éste defiende el derechos de los padres a educar, éste busca el bien de su partido, el bien de sus amigos o el bien común del pueblo”.
La defensa del hombre y la mujer
De manera velada, la Iglesia católica en Chihuahua llamó a no votar por el PRI. Varios sacerdotes pidieron a la ciudadanía emitir el sufragio en contra de aquellos políticos que no defienden la familia; lo hicieron durante una manifestación en contra de la iniciativa presidencial.
“Vamos a hablar, si los gritos y las pancartas no los mueve, el día de mañana [domingo 5 de junio] vamos a votar, hagamos la diferencia y sigamos insistiendo hasta que esto cambie. Ahora hay que hacerse escuchar a través del voto, porque con la apatía y falta de fe no cambiaría nada”, dijo el sacerdote Jorge Rubio, encargado de la Comisión Diocesana de Laicos, durante una homilía celebrada justo un día antes de la elección.
El viernes 4, fieles y miembros de 23 organizaciones que se oponen a las bodas gay oraron por la familia.
“No estoy contra las personas ni la Iglesia ni nadie, sino contra las actitudes que minan el matrimonio, la familia y la vida”, defendió ese día el arzobispo de Chihuahua, Constancio Miranda, quien años atrás ofició el matrimonio religioso del ex gobernador de Estado de México, Enrique Peña Nieto, y Angélica Rivera. La manifestación se hizo de manera simultánea en templos de todo el estado.
“Un nuevo rostro a la patria”
Incluso antes de que Peña Nieto presentara su iniciativa, el obispo de Tlaxcala, Francisco Moreno Barrón, convocó a laicos y católicos a acudir a las urnas “para darle un nuevo rostro a nuestra patria y a nuestro estado”. La invitación fue difundida en redes sociales en abril.
Un mes después, ya con la iniciativa, el prelado, durante la festividad de la Virgen de Ocotlán, pidió votar por “el cambio”, cuyo lema de campaña correspondía al PAN.
El obispo señaló que se necesitan gobernantes “al servicio del pueblo que lo elige, responsables, apegados a la verdad y legalidad, honestos, que atiendan los reclamos ciudadanos y que promuevan el bien de todos”.
El Gordo pintado
El arzobispo de Tulancingo, Domingo Díaz Martínez, dijo en conferencia de prensa durante la jornada del 5 de junio, que el llamado a los nuevos gobernantes en los temas de matrimonio igualitario y aborto es que éstos sean como “indica la razón, la vida, la historia y la dignidad de la persona”.
Se dijo respetuoso de “los hermanos homosexuales; no tenemos nada con ellos, si ellos quieren juntarse dos o tres, es su gusto, es su decisión”, pero que no se le llame matrimonio.
Previo al proceso electoral, inició en redes sociales la campaña #ConElGordoPintado, donde a través de un video llamó a la población a votar.
El caso más conocido por su activismo electoral fue el del obispo de Culiacán, Jonás Guerrero Corona, quien dijo a los feligreses que las personas que no acudan a votar son cómplices de la inacción social y se convierten en pecadores por omisión.
Además, en Los Mochis arremetió contra el presidente Peña Nieto el 31 de mayo y dijo que con la iniciativa, parecía que estaba buscando “gavioto y no gaviota”.
Para el arzobispo de Durango, José Antonio Fernández Hurtado, los resultados de las elecciones fueron por el cambio que la gente exige y no por el tema de matrimonios igualitarios.
No obstante, coincidió con analistas políticos en que estas elecciones se pueden interpretar como un voto de castigo a temas de corrupción. “Es una repercusión a nivel nacional. A todo mundo tiene que hacer reflexionar. La gente viene siendo más reflexiva”, apuntó.
Embestida final
El pasado 8 de junio, cuando el Consejo Ecuménico de México se manifestó abiertamente contra la iniciativa y pidió llamar matrimonio sólo a las uniones heterosexuales.
El pronunciamiento toma relevancia porque este grupo, creado en mayo de 2015, integra a representantes de iglesias cristianas, ortodoxas y católicas, entre ellas la Arquidiócesis Primada de México, Diócesis en México de la Iglesia Ortodoxa, Eparquía Greco Melquita, Iglesia Nacional Presbiteriana de México, Iglesia Evangélica Misionera del Pacto Misión DF y Sínodo Luterano de México.