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Los soldados, los vestuarios, las sonrisas y la escenografía ya están puestos en el Auditorio Nacional para las 10 funciones que El Cascanueces tendrá como cada año en el recinto del 16 al 23 de diciembre.

Dos días antes, en los ensayos querían dejarlo todo a la perfección.

“Es complicado porque hay muchos elencos y cada quien quiere su tiempo, bailar de la manera que a la gente le gusta o cómo siente esa música y eso es lo más difícil tocando en vivo que un director de orquesta tiene que acostumbrarse”; explicó el director serbio Srba Dinic.

El Cascanueces se ha convertido en una tradición en México y en el mundo, para esta oportunidad la familia se reúne a escuchar temas clásicos y recordar la Navidad de una manera sana.

Por esto, se ha creado una gran producción con 80 bailarines de la Compañía Nacional de Danza y 70 integrantes de la orquesta.

“En todo el mundo es uno de los proyectos más conocidos y populares. Esta producción es riquísima, puede ser que los mexicanos no tomen en cuenta que no hay muchas en grandes teatros de esta belleza. Eso me da gusto, en la Ciudad de México no me esperaba ver una producción de este nivel, de esta calidad visual y al nivel musical. Es un gran placer; los niños se divierten y nosotros con orquesta apoyamos con orquesta al foro”, agregó Dinic, quien por segunda ocasión está al frente de la música en esta puesta en escena.

Para el bailarín chileno Sebastián Vinet, uno de los protagonistas este año, El Cascanueces se hace en todas las compañías en el mundo, aunque en algunas se hacen más funciones que otras, como en Estados Unidos que se extiende todo el mes de diciembre. Él ha tenido oportunidad de estar en varias, aunque es la primera vez que se presentará en México ante un imponente Auditorio Nacional.

“Es lo que esperamos de la Navidad y estos días de fiesta. Una temporada donde los bailarines viajamos a distintos países del mundo a protagonizar esto, estuve en Monterrey y luego me voy a Chile. México tiene un público entusiasta y eso para nosotros es un privilegio y una transmisión de energía; yo lo recibo de ellos para dejar todo el entusiasmo en el escenario”.

El director titular de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes argumentó que los músicos mexicanos tienen gran calidad al igual que los cantantes.

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