De traje negro y corbata, al ritmo de "Mr. Put it down" y con un Auditorio Nacional eufórico comenzó la que sería una noche llena de ritmos latinos, música urbana, balada y sabor, como parte de la primera fecha del World Tour de Ricky Martin.
El público, que explotaba con cada movimiento del intérprete, comenzó a bailar con "Drop it" y Shake it bom bom".
"Buenas noches México, por lo que veo esto va a estar muy bueno, vamos a volar esta noche. Mi misión es que te vayas de aquí sin voz de tanto cantar y sudado de tanto bailar. Vamos a pasarla bien", así saludaba el cantante a sus fans que con corazones de papel en las manos coreaba sus letras.
"Tal vez" y el inconfundible riff de guitarra de "Livin' la vida loca" no podían faltar en una noche llena de los éxitos clásicos y más recientes del cantante.
Ya avanzado el concierto y sin dejar de lado su labor altruista se escuchó el tema "Asignatura" presentando un Ricky Martin vestido de blanco y mensajes para hacer conciencia en las pantallas.
"La trata humana, la esclavitud no tiene espacio ni lugar en este mundo" se leía mientras aparecían imágenes de niños en pobreza.
A sus 44 años, el puertorriqueño demostró que puede bailar con la misma energía que hace veinte años y que puede desbordar sensualidad e incluso usando una especie de falda como en el tema "It's all right", sin embargo no pudo evitar tener un tropezón cuando al interpretar "Te extraño" olvidó la letra de la canción y tuvo que ser salvado por el público.
"Vuelve" y "Adiós" — donde bailó con bastones acompañando de su ballet— anunciaban la recta final del concierto.
Fue tras cantar "Lola" y "María" que el cantante volvió a tomar el micrófono para lanzar un mensaje de unión: "Con este movimiento podemos mandar mensajes positivos de amor. Es válido que le mandemos mucho amor a un país que verdaderamente lo necestia, estoy hablando de ese país que está al norte. Nos toca a nosotros darles todo el amor y toda la pasión".
"Pegate", "La copa de la vida" y "La mordidita" fueron los temas con los que cerraría el concierto, mientras el público hacía lo imposible por acercarse al cantante. Sin duda una noche en la que Ricky Martin reafirmó la pasión por su música y por su público.
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