Ni su fama ni su fortuna (calculada en 200 millones de dólares) pudieron hacer que Justin Bieber escalara con una cerveza en la mano ruinas arqueológicas  de Tulum que, en general, están restringidas para el público por razones  de conservación.

El jueves, el cantante canadiensepretendía escalar una estructura en las ruinas de la antigua ciudad maya, algo que no está permitido por las autoridades del sitio. Los custodios tuvieron un altercado con los guardias de seguridad de Bieber y luego pidieron la intervención del cuerpo de Gendarmería de la Policía Federal, que envió agentes al lugar, pero “no fue necesaria su intervención” porque los ánimos se calmaron, dijo Adriana Velázquez, delegada del Instituto Nacional de Antropología a Historia en Quintana Roo.

A Bieber no se le permitió completar su recorrido y tuvo que abandonar el sitio arqueológico mientras cargaba una cerveza de tamaño familiar.

Ante el escándalo, el INAH respondió a EL UNIVERSAL a través de un correo en el que expusó: “El INAH garantiza a los visitantes nacionales y extranjeros acceso pleno al conocimiento y goce de nuestra historia con fundamento en su marco normativo, en un ambiente de respeto. Los derechos y obligaciones para el disfrute de las zonas arqueológicas son válidos y aplicables para todas las personas, sin distinción de ningún tipo”.

Justin está en México esta semana para disfrutar sus vacaciones, primero  en  la Riviera Maya, y desde ayer en Mérida, donde sus fans lo han perseguido para conseguir un autógrafo.

Pero  no podía dejar atrás su faceta de escándalos. El bajarse los pantalones, querer entrar con una cerveza e intentar escalar las ruinas de Tulum, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad, no sólo le ha causado la expulsión del paradisíaco lugar mexicano, sino que se suma a una lista de problemáticas situaciones que el canadiense ha protagonizado.

Quizá ésta sea una de las que más atenten contra una cultura, aunque también tuvo grandes problemas con las autoridades de Argentina al barrer el suelo con la bandera sudamericana dentro de una gira por aquel país.

No es la primera vez que echan de un lugar al cantante  pues en abril asistió con amigos al festival Coachella y al intentar acercarse al área de artistas se les informó que estaba al tope de su capacidad, lo que generó una discusión que terminó cuando el personal de seguridad lo llevó al área correcta.

Además, en el ámbito personal, varios de sus vecinos no estaban contentos con su comportamiento (como aventar huevos a la casa de uno de ellos o sus constantes fiestas) por lo que el ídolo juvenil cambió de vecindario.

Ya sea que lo encuentren corriendo carreras y confiese consumir marihuana, deje a su mono en un aeropuerto, aparezca desnudo en imágenes, tire sillas en un restaurante de Cannes, haga del baño en un bote, dejar plantados a fans en Oslo, sus constantes líos amorosos, apariciones con prostitutas o incluso poner el celular de sus fans bajo sus bóxers.

rqm

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