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cristina.pineda@eluniversal.com.mx
El Teatro Blanquita se vistió de fiesta pues Alejandra Ávalos fue una de las protagonistas del espectáculo México lindo y querido, donde con diversos vestuarios inició a sus seguidores a un recorrido por grandes creadores y canciones mexicanas pasando por ambientes como la revolución en distintos estilos musicales que fueron desde el mariachi a la banda.
Poco después de las 21:00 horas es que la cantante apareció en el escenario poniendo voz a “El viajero”, apoyada con cinco pantallas y varios bailarines. La bienvenida fue dada con un vestido mexicano color verde y con una pirámide como imagen.
En medio de un altar con su nombre en flores, realizó un segundo y colorido cambio de vestuario sin faltarle el rebozo azul simulando estar en Xochimilco para cantar “Mi ciudad”.
Con la presencia de Humberto Cravioto, sonó con mariachi “El remero“ para volver con Ávalos en las exitosas “Cielito lindo” y “Canción Mixteca”, junto al Coro de la villa de las niñas de Chalco que salieron de los pasillos.
“Tenemos muchas sorpresas que darles e invitados especiales. Hicimos este espectáculo con corazón y amor por México, ojalá que ustedes en su pecho sientan esa misma emoción que nosotros aquí arriba”, dijo antes de presentar a Valente Pastor en “Te quiero, te quiero, te quiero” y después a Alberto Ángel El Cuervo en “El pastor” mientras las banderas mexicanas ondeaban en las pantallas.
La interacción con los asistentes por parte del comediante La roña, con un gran vestido azul claro, en su interpretación de María Félix y su relación con Miguel Alemán causó risas y más adelante volvió para la segunda parte.
Ahora con un rojo intenso y un abanico en la mano, Alejandra dio paso a “La bikina” y pronto el estilo veracruzano llegó con 20 bailarines y un popurrí. En un monólogo con La Roña hicieron un homenaje a Pedro Infante y Jorge Negrete junto a Carlos Donald.
Del compositor Agustín Lara siguió “Granada”, sin dejar de lado el humor con el imitador de Luciano Pavarotti y a Alejandra con un vestido azul.
Tras un breve intermedio y con su quinto cambio de vestuario, Alejandra se encontraba arriba de un tren cantando “El tren” o “La rielera”.
Valente Pastor retumbó su voz sin micrófono como en “A los cuatro vientos”, donde incluso se acercó al público; en dueto con “Hay unos ojos”, tanto Ávalos como El cuervo se agarraron de la mano dejando el escenario solo para el tenor al ritmo de “Dime que sí”.
Alberto Vázquez, o más bien su doble, interpretó “Por tu maldito amor”, a la que después se le unieron Vicente Fernández (con pobladas cejas y bigote), Juan Gabriel, Lucha Villa, Raphael y su compañero Humberto Cravioto.
Un popurrí bravío y otro de banda con temas como “Tristes recuerdos” y “El sinaloense” empezaban a deslumbrar el inicio del final. La emoción y alegría vio la luz con “Serenata Huasteca”, “Yo no fui”, “México lindo y querido” y la etapa ranchera de Alejandra Ávalos, que era de lo que más se esperaba y que junto a sus amigos cerró una noche muy nacional con “Guadalajara”, “La pelea de gallos” y “Viva México” cercana la medianoche.