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Hace dos años, Guillermo del Toro comenzó a financiar un documental sobre la situación política de México que, dice, le preocupa. Opta por no hablar mucho del tema pero recuerda que la productora Bertha Navarro —quien lo ha apoyado en toda su carrera desde Cronos, pasando por El espinazo del diablo y la nominada al Oscar, El laberinto del fauno— está con él.
“Es sobre la situación actual del país, comencé financiándolo de mi propio bolsillo; está haciéndose”, dice el realizador en entrevista.
El tapatío, quien se fue al extranjero tras el secuestro de su padre, siempre se ha preocupado por lo que aqueja a México. Así que al enterarse del recorte de casi 4 mil millones de pesos al sector cultura para 2017, se pone en alerta.
Del Toro considera que la corrupción está carcomiendo todas las áreas y que el dinero termina en manos de gobernadores y alcaldes, en departamentos en Texas y aviones privados.
“Siempre se nos contesta de la misma forma desde hace veintintantos años que llevo en esto: que hay áreas más urgentes que apoyar y no estoy para nada en desacuerdo, el caso es que ese presupuesto no termina apoyando a ningún área, si fuera real que el campo está creciendo, que la educación está mejorando, hay que apretarse el cinturón. Lo cierto es que todo va para menos, excepto la corrupción ¿no?
“Y esos fondos terminan desviándose a las riquezas de gobernadores, alcaldes, es decir, la corrupción es la que carcome el presupuesto de todas las áreas más urgentes. Creo que la cultura es un alimento de identidad y para el alma, quisiera pensar que es importante para un país generar su propia cultura. Es un gobierno que tiene una desfachatez y una corrupción de profundidad insondable”, recalca el realizador mexicano.
Una serie de otro mundo. Del Toro toma el teléfono desde la posproducción de The shape of water, nuevo filme de fantasía, ubicado en los años 60.
Sin embargo, decide aún no hablar a profundidad de este proyecto, al que califica como una fábula con historia de amor, sino de Trollhunters, serie animada original de Netflix, de la que es responsable.
Pero acepta decir algo del largometraje protagonizado por Michael Shanon (Batman VS Superman y El hombre de acero) que estaría listo para su estreno en la primera mitad del próximo año.
“Es una suerte de cuento de hadas en los Estados Unidos, es una fábula muy hermosa y conmovedora”.
Trollhunters, basada en su libro homónimo, escrito en conjunto con Daniel Kraus, cuenta en 26 episodios cómo, por accidente, un adolescente forma parte del mundo de los trolls, en una lucha entre el bien y el mal que al mismo tiempo amenaza a la Tierra.
Ron Perlman, a quien ha dirigido en HellBoy 3, y Kelsey Grammer (el famoso Dr. Fraiser, de la serie de televisión) hacen las voces de Bular y Blinky, respectivamente.
La serie, producida por Del Toro, estrena este 23 de diciembre y ya se habla de la posibilidad de una segunda temporada en Netflix. “Siempre me interesan los monstruos como medio de contraste porque son una forma de entender el mundo en que vivimos.
“En la vida real son profundamente prosaicos, son monstruos de traje y corbata, abominables, pero muy bien vestidos y fotogénicos, muy aburridos; me enfrento a ellos día a día como padre, como ciudadano, como ser humano”, explica.
Paralelamente se encuentra en la producción de Pacific Rim 2, donde dejó la dirección en manos de Steven S. DeKnight (Spartacus) y un proyecto “grandote” que debe mantener en secreto, aclarando que no es Justice league dark, como se especuló.
“The strain, con cuarta temporada, se está trabajando, estoy ocupado por los próximos dos años sin duda”.
