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cesar.huerta@eluniversal.com.mx
Morelia.— A sus 17 años, Sebastián Aguirre ya puede presumir de haber protagonizado dos películas, Obediencia perfecta y Güeros; haber ganado un premio Ariel y ser considerado uno de los nuevos valores de la actuación mexicana.
Ahora suma a ello el haber trabajado en Francia con la cinta Mi sangre, compartiendo créditos con Dario Yazbek (Daniel y Ana), medio hermano de Gael García Bernal.
“Uno que vive en Francia y tiene veintitantos años, estudia y tiene una novia y una vida, y el otro, más chico, quien vive en Inglaterra, lo expulsan de la escuela y decide ir a visitarlo”, detalla.
“Lo que no sabe es que el hermano mayor esconde a su familia porque tiene un pasado oscuro, con un papá político corrupto y no quiere que nadie, ni su novia, se entere de esto”, añade Aguirre.
Mi sangre tuvo algunas locaciones mexicanas; fue hablada en tres idiomas inglés, español y francés.
Será el quinto largometraje en que participa Aguirre, quien estuvo en esta ciudad para presentar Un monstruo de mil cabezas, dirigida por Rodrigo Plá, ganador en Venecia 2006 y Los herederos, producida por el triunfador en Cannes, Michel Franco, ambas en competencia oficial del festival de cine.
No quiere estudiar. Aguirre, pronto a salir de la preparatoria, no tiene en mente estudiar actuación. Su mira se encuentra en cuatro opciones: músico, filosofía, letras o cine, en dirección. “No es que me vaya bien o no hasta ahora; para mí actuar se hace con la experiencia, no digo que estudiarlo no esté bien, pero estuve en talleres desde los ocho años y me cansó un poco la metodología, así que no quiero estar cuatro años más viviendo eso.
“La formación de actor nunca se acaba, pero lo que quiero hacer es partir de talleres de experiencia, proyectos propios, por eso quiero estudiar dirección”, explica.