Más Información
PT propone brindar atención médica y educación a menores migrantes no acompañados; buscan asegurar su desarrollo y bienestar
Quinto concierto navideño del Ejército, Fuerza Aérea y Guardia Nacional; hubo temas clásicos y villancicos
Felipe Calderón y Margarita Zavala festejan Navidad con sus hijos; “les mandamos nuestros mejores deseos”, expresan
cesar.huerta@eluniversal.com.mx
En la provincia mexicana se le dice tirisia a aquella enfermedad que da a mujeres y niños cuando reciben una sorpresa fuerte y, supuestamente, se les va el alma.
Ahora es usado para definir lo que padecen los infantes cuando sus padres se van.
A partir de esa idea mágica, el realizador oaxaqueño Jorge Pérez Solano impulsó su nuevo largometraje que estrena este fin de semana en centros culturales como Cineteca Nacional.
“Entonces toco el drama de dos mujeres que deben decidir entre conservar a un niño o a su familia”, explica el cineasta.
La tirisia ya lanzó a dos de sus actores al premio más importante del cine nacional: Noé Hernández, quien interpreta a un gay y Adriana Paz, la protagonista, lograron el Ariel.
A Noé no le gustó en principio el papel que le tocaría, pero el realizador le tocó la cresta, de acuerdo con el propio actor.
“Me dijo; ¿no que querías un reto actoral y dejar de hacer los mismos papeles (violento en Miss Bala o Revolución)?, ahí lo tienes, ándale”, narra Noé.
Fue precisamente la reacción femenina con Espiral, ópera prima de Pérez Solano hecha en Oaxaca, algo que ayudó a la confección de La tirisia.
Un día la exhibió en Juchitán, donde prácticamente sólo hay población femenina por la migración de hombres y muchas lo felicitaron, pero le decían que no había tocado necesidades reales de ellas.
“Se referían a las físicas, del cuerpo y a partir de esa coinciencia fue que se desarrolló este guión”, narra el director.
La temática ha gustado en el extranjero. Fue reconocida con el Robert Ebert Award en el Festival de Chicago, como Mejor Película en Tsalónica y en FILMAR, de Ginebra, Suiza. Logró Le Prix CCAS y Le Rail d’Oc en Tolouse y el del Público y Jurado en Fresnillo.
“Quise que la historia se contará a través de imágenes, como lo hacían ellos y el cine mismo es imagen”, detalla.
Por cuestiones económicas no pudo La tirisia llegar a salas comerciales, dado el costo que implica la exhibición, así que optó por lugares como Cineteca, donde le han garantizado un mínimo de mes y medio.
También estará, entre otros luagres, en la sala Julio Bracho de la UNAM y Cine Tonalá.
“A partir de la segunda semana en exhibición, por septiembre, estaría en posibilidad de estar en on demand y verla en computadora, un camino que debe tener cualquier película”, recalca Pérez Solano.