La mejor forma de predecir el futuro es crearlo. Quien más tiene que opinar sobre el futuro es quien más futuro tiene por delante.
En esta entrega y la de la próxima semana te pido unos minutos de tu valioso tiempo para compartir contigo algunas reflexiones sobre nuestro país en el contexto del mundo, sus logros, retos y oportunidades, que espero te ayuden a tomar una mejor decisión para ti y para los tuyos.
A pesar de los enormes retos que aún tenemos en materia de desigualdad, pobreza, seguridad y corrupción, que son cosas en las que todos coincidimos, México ha tenido grandes avances en las últimas décadas que no podemos soslayar y sobre los que podemos seguir construyendo un mejor futuro.
Desde 1980 la escolaridad media de los mexicanos se ha duplicado y nuestra esperanza de vida ha alcanzado los 77 años de edad. Por otra parte, 51 millones de mexicanos contamos con computadora, 71 millones tenemos acceso a internet y 81 millones usamos celular, y también sabemos que 68 millones de pasajeros aterrizan cada año en nuestros aeropuertos.
En ese período México también se convirtió en un jugador económico relevante a escala mundial. Somos la onceava economía más grande del mundo y la treceava exportadora. Primer productor de aguacate y plata. Primer exportador de aguacate, plata, cerveza y pantallas planas. Cuarto exportador de automóviles y electrodomésticos, quinto de autopartes, además de sexto proveedor aeroespacial de Estados Unidos.
También somos el sexto país con mayor número de sitios Patrimonio Cultural de la Unesco y el octavo con más sitios Patrimonio Natural, y ahora nos hemos convertido en el sexto país más visitado del mundo. Gracias a estos y muchos otros logros, hoy tenemos una economía más estable, diversificada, que ha dejado atrás su dependencia del petróleo.
No obstante, México ha tenido un crecimiento desigual. Los estados que se han abierto al mundo y diversificado son los que han progresado. Son aquellos que han desarrollado infraestructura y conectividad para llevar y traer bienes, servicios y conocimiento, impulsando la llegada de industrias innovadoras.
Son los que cuentan con un Estado de Derecho más sólido y donde las escuelas y universidades desarrollan en sus estudiantes las capacidades y habilidades necesarias para insertarse en el mundo laboral. Son también los que han sabido desarrollar productos turísticos de escala mundial, creándose las condiciones para recibir a millones de visitantes cada año.
En los últimos 25 años el PIB de México, esto es el valor de la producción de bienes y servicios del país, tuvo un crecimiento acumulado de 79%. En este mismo período, Querétaro, con su fuerte vínculo con la industria aeroespacial, incrementó su PIB en 205%.
Quintana Roo, con los dos principales destinos de turistas internacionales y el primer puerto de cruceros del mundo, incrementó su PIB en 181%, mientras que Aguascalientes, gracias a su importante industria automotriz, creció 209%.
En cambio, aquellos estados que no han querido, no han podido, no han sabido o no los han dejado integrarse al mundo y diversificar sus economías, son donde observamos el mayor rezago en el país, tanto, que la diferencia en las tasas de crecimiento entre el estado que más crece y el que menos lo hace, es mayor a cuatro veces.
Este es el verdadero problema de México: la enorme disparidad entre las regiones y sus consecuencias en el nivel de vida de su población.
Sobre la economía del conocimiento en la que estamos inmersos, así como sobre las condiciones que necesitas para desarrollarte y prosperar, es que dedicaré mi próxima entrega.
Secretario de Turismo