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Apenas ayer EL UNIVERSAL reportaba cifras históricas en materia de secuestro y ahora este martes da cuenta de que prácticamente se triplicó el número de robo a instalaciones de Petróleos Mexicanos en altamar, al pasar de 38 en 2016 a 103 el año pasado. En definitiva, autoridades de los tres niveles de gobierno quedan a deber en materia de seguridad.
Los modernos piratas llegan en pequeñas embarcaciones con unas 10 personas a bordo a instalaciones petroleras, sobre todo plataformas marinas, a las cuales se suben con el objetivo de robar bombas, cables y demás equipo que luego venden o alquilan a empresas privadas dedicadas al mismo ramo.
Para 2018 el panorama en instalaciones marinas de Pemex no parece haber variado, pues hasta marzo de este año se reportaron 19 casos de robo de materiales y vandalismo, así como la presencia de intrusos en plataformas habitacionales, plataformas de perforación y en centros procesadores.
No hay montos oficiales sobre lo sustraído, pero estimaciones refieren que la delincuencia que azota las plataformas de la Sonda de Campeche ocasionó pérdidas para Pemex por 738 millones de pesos.
Considerada por años la industria que empujaría al país al desarrollo (a la abundancia, llegó a decir algún mandatario), la producción de hidrocarburos mermó al grado de que la venta de crudo pasó de representar 37% del total de las exportaciones en 1990 a solo 15% en 2005. Este 2018 las exportaciones de crudo iniciaron con una caída, pues México dejó de vender 294 mil barriles diarios en enero, en comparación con diciembre de 2017.
La petrolera ha sufrido golpe tras golpe. Desde directores generales involucrados en actos de desvío de recursos hasta el sindicato petrolero que exprime las arcas públicas para sufragar centros deportivos, regalos para el día de las madres o jubilaciones de oro para varios de sus integrantes.
Más recientemente, el embate de los llamados huachicoleros ha representado pérdidas por más de 30 mil millones de pesos al año.
Ahora comienzan a preocupar los ataques que se dan en instalaciones de altamar.
¿Qué mas le falta padecer a Pemex?
Con la reforma energética, la industria petrolera busca resurgir para recuperar el esplendor de años pasados, pero si no se puede garantizar la protección de trabajadores y de las instalaciones el camino será más tortuoso.
La solución no debería ser erogar recursos para contar con protección en altamar. La vigilancia de costas y territorio marino corresponde a la Armada. Una mayor coordinación con sus elementos se vuelve necesaria.