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Desde que comenzó la apertura política en México, en 1977, la ley electoral ha estado en constante transformación. Generalmente al final de cada elección se añaden, se eliminan o se afinan temas con el objetivo de consolidar el sistema democrático en el país.
Así, con una reglamentación en constante evolución, este 8 de septiembre comienza de manera oficial la ruta hacia las elecciones del 1 de julio de 2018, cuando se renovarán la Presidencia de la República, el Congreso de la Unión y se celebrarán 30 comicios locales, en los que estarán en juego más de 3 mil puestos de elección popular.
En estos comicios el papel más relevante lo asumirá el Instituto Nacional Electoral, ya que además de organizar las elecciones para un listado nominal conformado por más de 80 millones de ciudadanos, deberá dirimir, en principio, cualquier controversia que se presente entre los candidatos y los partidos, así como fiscalizar el gasto de los partidos y garantizar el acceso equitativo a medios de comunicación.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el presidente del INE, Lorenzo Córdova, hace un llamado a los presidenciables a respetar las reglas electorales. La consecución de un proceso confiable es tarea de todos los actores involucrados.
El proceso significará para el país uno de los retos más importantes de las últimas décadas, pues distintas encuestas confirman el hastío de la población hacia los partidos. La clase política tendrá que replantear la forma en que se acercará a la ciudadanía y ofrecer nuevos discursos si quiere obtener triunfos con amplias mayorías que le den legitimidad. Los casos de corrupción de los últimos cinco años han alcanzado a gobernantes de los principales partidos.
Se espera de la clase política que reconozca la necesidad de ofrecer un compromiso decidido contra gobernantes que ven el poder como un botín económico y el valor civil de reconocer los triunfos adversarios. En democracia cualquiera puede ganar por diferencia de un voto.
Del árbitro electoral, la sociedad espera simplemente el cumplimiento imparcial de la ley, sin oportunidad para la aparición de dudas.
En tanto, la ciudadanía debe estar consciente de que en sus manos tiene la decisión de influir en la forma de gobierno que adoptará el país los próximos seis años. Debe exigir a candidatos posturas claras sobre los temás relevantes como combate a pobreza, a la inseguridad y a la corrupción.
El arribo a buen puerto electoral no estará exento de tempestades, pero por el bien del país debe prevalecer la inteligencia y la tolerancia entre todos los que buscarán un cargo de elección popular, especialmente aquellos que buscarán la Presidencia de la República.