México está a pocas horas de elegir en las urnas a quienes será dada la facultad de encabezar el Estado en los próximos años. Nuestra democracia ha recorrido un largo, sinuoso camino para llegar a su forma actual. En buena medida, la consolidación se debe al desarrollo de las instituciones democráticas que fueron diseñadas para garantizar la validez de los procesos electorales.

Las tres instituciones electorales a nivel federal, el Instituto Nacional Electoral (INE), el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE), han mostrado grandes capacidades para llevar a cabo el proceso que está por concluir.

A lo largo de los últimos meses, las tres instancias demostraron capacidad organizativa para que el proceso se lleve a cabo en paz; han perseguido los delitos electorales y tienen las herramientas para garantizar efectivamente el derecho a votar de los mexicanos. Ello es fruto del esfuerzo llevado a cabo a nivel institucional para el fortalecimiento de la democracia mexicana.

Además, es destacable que durante este proceso electoral se ha debatido como nunca antes, pues los espacios públicos de discusión, así como los nuevos medios digitales posibilitaron la deliberación.

Las instituciones electorales se declaran listas para el reto que tienen frente a sí: la renovación de más de 18 mil cargos públicos por medio del voto ciudadano el próximo domingo 1 de julio. Los árbitros electorales han dado evidencias de que merecen un voto de confianza de parte de los mexicanos. En artículos escritos para EL UNIVERSAL, y que se publican hoy, refrendan su compromiso para defender la decisión ciudadana que se exprese en las urnas.

Los cuestionamientos hacia los árbitros electorales, provenientes de diversos partidos políticos y realizados en distintos momentos, tienen que ver más con la intención de sus críticos de protegerse de las reglamentaciones que afectan sus intereses, antes que pensar en el fortalecimiento de la democracia. A pesar de lo anterior, estas instituciones confirman su calidad frente a lo que viene.

Finalmente, son los ciudadanos quienes, conjuntamente con las instituciones electorales, construyen el proceso electoral y dan certeza a la voluntad popular. El país está listo para enfrentar el reto de la elección más grande; INE, Trife y Fepade ofrecen apego total a la ley. Ahora, el ciudadano tiene que cumplir con su deber cívico: acudir a la urna y sufragar. Demos el voto de confianza. Habrá tiempo para evaluaciones futuras.

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