El Atlético de Madrid encarriló este jueves con pegada ofensiva y una ventaja de 3-0 su clasificación para semifinales de la Copa del Rey frente al Eibar, al que doblegó con un fenomenal porcentaje de acierto en ataque, tres goles en otras tantas ocasiones, a la espera del duelo de vuelta en Ipurúa.

Primero el francés Antoine Griezmann, antes de la media hora, y después su compatriota Kevin Gameiro y el argentino Ángel Correa, en la segunda parte, reafirmaron la condición de favorito del equipo rojiblanco, sin apenas sobresaltos atrás, concreto en el área rival y listo para aprovechar cada concesión defensiva del equipo armero.

Tardó 27 minutos. Antes no pasó casi nada, sólo un penalti reclamado por el Atlético por una mano, aparentemente involuntaria, muchos amagos rojiblancos, la actividad y los detalles del argentino Nico Gaitán, la posición de delantero del belga Yannick Carrasco, la buena presión en medio campo del Eibar y un partido indefinido.

La primera ocasión, de hecho, fue del equipo vasco, una carrera al contragolpe prácticamente desde el borde de su área de Bebé, culminada con un derechazo cruzado lejano del brasileño. La despejó a saque de esquina Miguel Ángel Moyá, un espectador hasta entonces, como su homólogo en la otra portería, Yoel Rodríguez, del duelo.

Hasta entonces, porque el guardameta del Eibar sufrió poco después a balón parado. Primero en un gol anulado por fuera de juego al montenegrino Stefan Savic y luego cuando una salida en falso, horrorosa, a una falta bombeada de Koke desde el medio la tocó el uruguayo José María Giménez y la culminó Griezmann en el 1-0.

Dos ocasiones, un gol anulado y otro legal, el cuarto del francés en los últimos cinco encuentros. Mientras el Atlético recupera su juego, este jueves más convincente en algún tramo, y una solvencia defensiva alterada mínimamente por su rival, la pegada resuelve sus partidos. Ha ganado seis de sus siete choques más recientes.

Sin mucho más, el Atlético tomó ventaja antes de la media hora y se marchó al descanso al frente del marcador y de la eliminatoria, aún pendiente del duelo de vuelta de dentro de seis días en Ipurúa, pero ya muy condicionado por el gol del primer tiempo y los dos del segundo, en el que el equipo rojiblanco prácticamente cerró el pase.

Porque, aunque el segundo tiempo comenzó como el primero, sin nada en ninguno de los dos áreas, sólo un tiro, otra vez, de Bebé desde lejos, la primera oportunidad de la reanudación fue suficiente para el Atlético para agrandar su renta, en un pase de Filipe, un desmarque y una carrera de Carrasco, un rechace y el gol de Correa.

El 2-0, a la hora de partido, justo antes de que el atacante argentino dejara su sitio sobre el césped al francés Kevin Gameiro, abrió más de media clasificación en la eliminatoria. También fue una demostración más de la efectividad ofensiva que explica la mayoría de las últimas victorias del Atlético y el 3-0 en el minuto 67.

Lo marcó Gameiro, reencontrado con el gol ocho partidos después, oportuno en el remate en el segundo palo de un balón que sacó primero desde la esquina Koke Resurrección, prolongó después Giménez, como en el 1-0, más tarde Griezmann y sobrevoló el área del conjunto vasco sin ser interceptado hasta el tanto del ariete galo.

Un gol demoledor para el Eibar por el encuentro de vuelta que queda en Ipurúa, donde el Atlético entrará en juego dentro de seis días con una ventaja incontestable, probablemente definitiva, como ganador hoy por eficacia en su área y, sobre todo, en la contraria, como en el 1-0 al Betis, el 0-2 en Eibar o el 1-0 a Las Palmas.

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