El prometedor arranque con el Bayer Leverkusen y su vigencia con la Selección Mexicana son fruto de esfuerzo y compromiso. Sin embargo, el camino no fue sencillo, y a casi de una década de carrera profesional, los sacrificios aún le duelen.
Durante una entrevista con el periodista León Krauze para la cadena Univisón, previo al cotejo por el boleto a Confederaciones 2016 ante los Estados Unidos, el delantero mexicano Javier Hernández no ocultó las lágrimas al recordar los pilares de su carrera, donde su familia fue el principal motivador para luchar por un lugar en el balompié mexicano.
“Yo tenía mis ilusiones, mi esperanza obviamente, y mis sueños. Pero la realidad era otra, no tenía manera alguna de participar, era nula mi participación en Chivas, a lo mejor porque no estaba dando el ancho en ese momento. La fe en Dios y en mi familia... ¡ufff qué no me dijo! (su madre), hubo un día muy difícil donde...”, recordó Hernández, quien no evitó las lágrimas para atizar con la voz quebrada que “no ha sido fácil”.
Posteriormente, la charla giró en los primeros destellos de “Chicharito” con la casaca nacional, donde la paciencia es reiterada como una de sus virtudes.
“La fe, la confianza y la paciencia son las tres palabras en mi vida”, menciona el ex de Manchester United y del Real Madrid.