La Concacaf dio hoy un paso más en el proceso de regeneración tras el escándalo de corrupción que estalló en mayo y que provocó la destitución de su presidente.

La Confederación de Fútbol de Norte, Centroamérica y el Caribe (Concacaf) anunció hoy un nuevo código de conducta del socio que "establece estándares y protocolos más estrictos para cualquier parte que provea un producto o servicio a Concacaf o a quien la Confederación efectúe pagos o proporcione servicios".

"Todos los socios (...) tendrán la responsabilidad de adherirse a este código, el cual entra en vigencia inmediatamente, para realizar negocios con Concacaf", anunció el ente con sede en Miami, que reclama ahora "los más estrictos estándares de ética".

El código exige el cumplimiento de las leyes anticorrupción, incluyendo la ley de Estados Unidos contra prácticas corruptas en el extranjero y la ley de soborno del Reino Unido, e impide "brindar regalos y efectuar pagos a los miembros del comité ejecutivo".

Concacaf anunció también una línea directa de socios para asuntos éticos en la que "los informantes podrán reportar, de un modo seguro y protegido, conductas cuestionables o probables violaciones" del código de conducta.

La investigación de la justicia estadounidense del sistema de corrupción y sobornos del fútbol mundial afectó especialmente a la Concacaf, que destituyó en mayo al presidente Jeffrey Webb, detenido en Zúrich, y nombró al hondureño Alfredo Hawit en su lugar.

Además, se formó un comité especial integrado por los presidentes de las federaciones de Canadá (Victor Montagliani), México (Justino Compeán) y Estados Unidos (Sunil Gulati) para dirigir las actividades.

La sede del ente en Miami fue objeto de un registro por agentes del FBI en mayo como parte de una investigación en la que se vieron salpicados varios miembros y ex miembros de la Concacaf.

Además de Webb, también están entre los acusados el costarricense Eduardo Li, presidente de la federación de su país; Julio Rocha, ex jefe de la federación de Nicaragua; y Jack Warner, ex presidente de Concacaf. Ya se declaró culpable el ex secretario general Chuck Blazer.

Una investigación propia en 2013 acusó a Warner y Blazer de fraude y de apropiación indebida. Según la justicia de Estados Unidos, el sistema de corrupción continuó con Webb al frente.

La propia fiscal general (ministra de Justicia) de Estados Unidos, Loretta Lynch, mostró su preocupación. "La Concacaf es una
organización en crisis y ya nos hemos puesto en contacto con sus representantes para que la gente que trabaja ahí con integridad sepa que estamos dispuestos a trabajar con ellos para reformar sus prácticas", dijo en mayo.

En julio, la Concacaf ya aprobó una reforma para combatir la corrupción y prometió ser más transparente después del escándalo.

Entre las medidas propuestas están imponer "límites" para que el presidente y los altos directivos no se perpetúen en el poder, hacer públicos cada año "los estados financieros y el presupuesto" y poner a disposición las compensaciones de todos los dirigentes y miembros del comité ejecutivo.

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