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Investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) exploraron la Zona Arqueológica de Tepecticpac con el fin de entender su dersarrollo, conservar las estructuras más expuestas al deterioro y dejar atrás la idea de la traición durante la conquista española.
Acorde con una corriente de historia nacionalista surgida en el siglo XIX, la conquista se debió en gran medida a la traición de ciertos pueblos como los tlaxcaltecas, quienes se aliaron a los españoles en 1519. Esta visión ha sido paulatinamente superada por las indagaciones de los expertos, informó el INAH a través de un comunicado.
Ubicada en el municipio de Totolac, en Tlaxcala, esta antigua ciudad es considerada el primero y más venerado de los altepemeh (unidades territoriales) que formaban la confederación de Tlaxcallan a la llegada de los españoles.
La zona protegida abarca 98 hectáreas y se divide en cinco sectores (A, B, C, D y E). El equipo de trabajo construyó una vía de acceso vehicular al área y la más reciente temporada de campo, que concluyó en diciembre pasado y estuvo centrada en la consolidación del sector A, también llamado La Palma, y la Plaza 4 del sector B, cuyos edificios datan del periodo Posclásico Tardío (1250–1519 d.C.).
Los avances, dijo, han permitido reestablecer muros de protección que pudieron tener más de cinco metros de alto, o torres de vigilancia que se teoriza alcanzaron los siete metros de altura; además de pequeños templos como el Edificio 2 del sector La Palma.
El hecho de que los templos de Tepeticpac sean poco ostentosos, y que las seis plazas y más de 150 terrazas que se tienen identificadas sean tan amplias, refleja, según el experto, el sentido de colectividad que guiaba a la alianza tlaxcalteca.
“A diferencia del imperio mexica, donde regía la figura central del tlatoani, en Tlaxcala eran diversos líderes provenientes de Tepeticpac y sus distritos aledaños como Ocotelulco, Quiahuixtlán, Tizatlán y Acxotla, quienes discutían y acordaban las decisiones económicas, políticas y militares”.
Los grandes espacios pudieron tener como fin el autocultivo, o bien la mediación, a través de ceremonias, entre las élites y el resto de la población.
La investigación de los sectores A y B de Tepeticpac, dijo, permitirá entender la vida cotidiana y el debacle de la urbe, y también a dejar de ver a los antiguos tlaxcaltecas como traidores; una visión creada en la época independentista bajo la idea de fortalecer la unidad nacional.
“Los tlaxcaltecas simplemente formaron una alianza estratégica contra un grupo que era hostil hacia ellos, y aunque no fueron los únicos en unirse a Cortés, sí obtuvieron mayores consideraciones por parte de la Corona española”, toda vez que, añadió, muchos indígenas nobles pudieron conservar parte de sus privilegios, e incluso se sabe que el actual territorio del estado coincide en mucho con las fronteras que poseía en el siglo XVI.
nrv